jueves, 23 de diciembre de 2021

Criminología. El Control Social. IDEOSINCRACIA.

Lic. Francisco Javier Aragón Salcido 


La criminología es una ciencia social, interdisciplinaria y de carácter autónomo, que tiene cuatro objetos de estudio, a saber: el crimen, el criminal, la víctima y el control social de la criminalidad.

Se centra en el estudio del fenómeno criminal, así como en el proceso de definición y sanción de la conducta desviada. Además, también se centra en la prevención y el tratamiento de estas conductas.

Basa sus fundamentos en conocimientos diversos de disciplinas y ciencias tales como lo son la sociologíapsicologíatrabajo socialmedicinaantropologíamatemáticafísica y química, apoyándose de manera indirecta del derecho penal y de otras ciencias de carácter forense.

Cabe destacar que es frecuente confundir la criminología con la criminalística, que lo hace en el proceso de investigación. En 1885, el profesor italiano de derecho Raffaele Garófalo acuñó este término de manera formal.

Ligado a la criminología se encuentran las teorías de Cesare Lombroso, a quien se le considera el padre de la criminología, ya que en sus estudios acerca de la antropología criminal, cimentó bases y teorías que hasta nuestros días perduran.

A pesar de ser una ciencia relativamente reciente y haber sido cuestionada en cuanto a su vinculación y dependencia del derecho penal, la criminología ha alcanzado un carácter autónomo, al ser partícipe de la utilización del método científico para la formulación de las distintas teorías que la componen.

La idiosincrasia es el conjunto de ideas, comportamiento, actitudes particulares o “ propias ”  de un individuo, grupo o colectivo humano, generalmente para con otro individuo o grupo humano.1

1.  Comportamientos o formas de pensar y actuar que son características de una persona.

2.  Lenguaje, comportamientos o actitudes que son particulares de cierto individuo o grupo.

Identifica las similitudes de comportamiento en las costumbres sociales, en el desempeño profesional y en los aspectos culturales. Las relaciones que se establecen entre los grupos humanos según su idiosincrasia son capaces de influir en el comportamiento individual de las personas, aun cuando no se esté convencido de la certeza de las ideas que se asimilan en masa.

Por extensión, este término es utilizado para identificar amplios grupos de personas englobándolos según posturas similares hacia la realidad que los amalgama y relaciona entre sí. También se utiliza para enfatizar las diferencias entre personas de diversos orígenes, costumbres y estamentos sociales.

El control social es el conjunto de prácticas, actitudes y valores destinados a mantener el orden establecido en las sociedades. Las citas han sido tomadas de Wikipedia, la Enciclopedia abierta, colectiva y libre de Internet.

Aunque a veces el control social se realiza por medios coactivos o violentos, el control social también incluye formas no específicamente coactivas, como los prejuicios, los valores y las creencias.

Entre los medios de control social están las normas sociales, las instituciones, la religión, las leyes, las jerarquías, los medios de represión, el adoctrinamiento (los medios de comunicación y la propaganda), ​ los comportamientos generalmente aceptados, y los usos y costumbres (sistema informal, que puede incluir prejuicios) y leyes (sistema formal, que incluye sanciones). ​

Si partimos de la existencia de un derecho prefigurado ,  como es lógico, supone una división fundamental de la conducta (jurídicamente relevante) en lícita e ilícita, podrá admitir con seguridad que el fin del derecho (en un sentido abstracto) sea el de aumentar al máximo las conductas lícitas, deseadas; y disminuir las ilícitas, las indeseadas; por otra parte, en relación con ambos tipos de conducta, el derecho puede actuar a "priori" o "posteriori", es decir puede adelantarse o esperar a que se produzcan esas conductas.

En resumen , el derecho puede, teóricamente, operar de cuatro maneras: previniendo, reprimiendo, promocionando y premiando la conducta. El control social aparece en todas las sociedades como un medio de fortalecimiento y supervivencia del grupo y sus normas. Las disposiciones reglamentarias y las leyes son las que conforman los grupos.

La implantación de una moral social (por las influencias sociales que genera) y la crítica liberal como autodefensa y como interpretación de sucesos e intereses, es el camino hacia el cambio social.  Actúa sobre la desviación social (leyes) y anomia (normas).

La cognición social o perspectiva del comportamiento desviado de forma correcta —cierta—, tiene un esquema de estereotipos y juicios de valor en su versión no científica, y es posible y habitual como conocimiento científico —profesional—; es de hecho imposible una sociedad sin normas (Estado de Derecho) y la cuestión es su precisa naturaleza y los mecanismos para el caso, sin cargar con más problemas adicionales, solamente el bien común con una normativa funcional para el orden social.

Como el control es importante, a su vez tiene que haber control sobre los controladores con un consenso en la normativa para un equilibrio de poderes y controles, que no sea represivo en su actitud.

El control social persuasivo para el logro de la conformidad funciona principalmente con ideas y valores, que se traducen en actitudes respetuosas de las normas. Se tiende a una moral libre, opcional, personalizada, menos reglas y con menos control.

Medios de control social. Medios informales. Las medidas informales son aquellas que no están institucionalizadas, como por ejemplo, los medios de comunicación, la educación o las normas morales, las cuales no tienen una formalización a través de normas o leyes escritas. Son más importantes que los formales porque transmiten hábitos, normas y valores determinados.

La instancia policial es un ejemplo: es un mecanismo de control social informal que se deriva del Estado. Se inició tras la Revolución Francesa controlando a nivel legislativo. Sus competencias garantizan el poder desmesurado del Estado, pero es una instancia estatal con capacidad de castigo y represión contra el ciudadano puesto que los que controlan o tienen poder someten al resto. Su función principal es el mantenimiento de leyes y del orden público.

A partir de los años 80 (siglo XX), aparece la seguridad ciudadana. Como hecho político, se añade una función de vigilancia (represor contra las incidencias) que desemboca en el Estado intervencionista. Se vincula a la transformación urbana de las ciudades (las grandes avenidas permiten el paso del ejército con los caballos).

A esta función de represión se le añade la salvaguarda: prevención en primer lugar y función asistencial de la población. La paradoja fundamental de la policía es que simultáneamente es preventiva y represora, ya que «el policía que está para ayudar también te puede detener».

Medios formales. Las medidas formales de control social son las que se implementan a través de estatutos, leyes y regulaciones contra las conductas no deseadas. Dichas medidas son respaldadas por el gobierno y otras instituciones por medios explícitamente coactivos, que van desde las sanciones hasta el encarcelamiento o el confinamiento. En los estados de derecho los objetivos y mecanismos de control social están recogidos en la legislación explícita.

Regulación del control social.  Para lograr el éxito del control social este debe ser regulado en relación de toda la sociedad y deben existir agencias de control social que puedan ordenarlo, evitando la marginación como fenómeno social, la estabilidad social se pone en peligro cuando las agencias pierden poder.

Sociología de la desviación.

Bajo este concepto se integran el conjunto de mecanismos e instancias a partir de los cuales toda sociedad, de una u otra forma, induce a sus miembros a comportarse acorde con las normas, valores y pautas culturales predominantes.

Por ello el control social es mucho más amplio que las instituciones más visibles a las que generalmente se asocia —policíacárcelesjuzgados...— e incluye a otras como los manicomios, los trabajadores sociales o el sistema educativo, siendo el rol de este último de especial importancia.

Además de por estos agentes institucionalizados, el control social es ejercido en gran medida por mecanismos informales y difusos. Sociólogos como Talcott Parsons destacan, por ejemplo, el papel que juega la familia en el proceso.

La importancia de la familia y del sistema educativo viene dada sobre todo por su función en el proceso de interiorización de las normas, en el cual las normas sociales son transformadas en normas morales, siendo así asumidas como propias por los individuos.

Este proceso permite que no se incumplan las normas aun cuando ningún factor externo lo impida y, lo que es más importante, nos convierte a todos en agentes de control social, ya que mantendremos una actitud reprobatoria ante quien las incumpla. ​

En este sentido, la psicología social ha estudiado de forma experimental distintos mecanismos interiorizados del control social.

El experimento de Milgram demostró los actos que se pueden llegar a hacer si éstos son ordenados por una figura de autoridad; el experimento de la cárcel de Stanford, la obediencia que se puede obtener con ideología legitimadora; el experimento de Robber's Cave, cómo a través de la construcción del enemigo externo se logra la unidad interna; los experimentos de Sherif y Asch, cómo se cambia la propia opinión para que esta se adapte a la de la mayoría.

Estos experimentos, hoy ya convertidos en clásicos, muestran con qué naturalidad nuestros comportamientos se adaptan a las exigencias de la norma, la normalidad y la autoridad.

La sociología de la desviación es la rama de la sociología que se encarga del estudio del consenso sobre las normas sociales, los actos y comportamientos que se desvían de estas y el sistema de control social construido para evitar tales desviaciones.

La desviación es un tema fundamental en sociología y desde el nacimiento de esta disciplina ha sido una de sus principales preocupaciones.

En este sentido las principales corrientes sociológicas han dado su interpretación sobre el cómo y el porqué del incumplimiento de las normas sociales.

La desviación ha sido analizada desde distintas disciplinas como la antropología, la filosofía, el derecho, la biología o la medicina: además, en los últimos años se han desarrollado estudios en criminología, disciplina con la que la sociología de la desviación está íntimamente ligada.

Si bien la primera se centra más en la relación entre la víctima, el victimario y las leyes, la sociología de la desviación analiza también las conductas que, sin estar prescritas como delitos, son catalogadas como anormales y reciben algún tipo de sanción social.

 Concepto de desviación desde una perspectiva sociológica. En sociología se considera una desviación cualquier acto o comportamiento, aunque sea simplemente verbal, de una persona o un grupo que viole las normas de una colectividad y, consecuentemente, conlleve algún tipo de sanción.

Sin embargo, esta no es una característica intrínseca de ciertos actos, sino que depende de la respuesta y la definición que los miembros de una colectividad le atribuyan. En palabras de uno de los fundadores de la sociología:

No lo reprobamos porque es un crimen, sino que es un crimen porque lo reprobamos. Emile Durkheim, 1893 . ​

Es por ello que un acto solo puede ser juzgado como desviado en relación a:

·         Un contexto histórico: ya que la concepción de desviación varía en el tiempo, por ejemplo ser zurdo ha sido considerado en muchas sociedades históricas como una forma de desviación.5

·         Una sociedad concreta: como es notorio, las diferentes sociedades que comparten un momento histórico pueden tener diferentes concepciones de la desviación. Un ejemplo actual sería la poligamia, que en algunas sociedades es una muestra de prestigio y en otras un delito.

·         Un contexto situacional: Muchas actividades son permitidas, e incluso bien vistas, dentro una situación, y juzgadas como desviadas en otra. Por ejemplo, a ninguna sociedad se le ha ocurrido prohibir las relaciones sexuales, pero casi todas limitan su práctica, prohibiendo realizarlas en público, fuera del matrimonio, etc.

Esta aproximación relativista a la desviación, que caracteriza a la Sociología, ya había sido anticipada por algunos pensadores. Cabe destacar al filósofo francés Pascal que ya en el siglo XVII declaraba:

No hay nada justo o injusto que no cambia de cualidad con el cambiar del clima, tres grados de latitud subvierten toda la legislación[...] En pocos años las leyes fundamentales cambian, el robo, el incesto, el asesinato de padres e hijos, todo ha encontrado un lugar entre las acciones virtuosas. Blaise Pascal, 1669.

Ya en el siglo XX los estudios de antropología comparada han puesto de manifiesto que realmente existen muy pocas formas de desviación que puedan considerarse universales. Sin embargo, y contradiciendo a Pascal, existe un Consenso científico sobre que el incesto entre padre e hija ha resultado tabú en todas sociedades durante toda la historia, llegando Claude Lévi-Strauss a considerar su prohibición como el origen de la vida cultural y del resto de las instituciones sociales. ​

Las normas.-

El concepto de desviación está íntimamente ligado al concepto de norma, ya que es de la norma de lo que un comportamiento se desvía. Por ello se afirma que donde no existe norma no puede existir desviación. ​

Las normas sociales se definen como proposiciones que prescriben a individuos o grupos el comportamiento adecuado en determinadas situaciones, o bien las acciones a evitar. ​Pueden ser clasificadas según diversos criterios, pero el más habitual dentro de la sociología de la desviación es agruparlas dentro de sistemas normativos según el grado de la sanción que se aplica al infractor. Con este sistema obtenemos una clasificación de los comportamientos desviados según su gravedad:

·         Normas penales: Son las recogidas en el código penal, que representa el núcleo duro de cualquier sistema social. Recoge las normas que tutelan los bienes fundamentales del grupo social —la vida, la propiedad, las instituciones, etc.—. El incumplimiento de éstas es un delito y convierte al autor en delincuente. Conlleva el tipo de sanción más grave: la pena.

·         Normas jurídicas: Son las normas contenidas en reglamentos u ordenamientos; su violación es un acto ilícito y conlleva sanciones de tipo pecuniario o administrativo.

·         Normas sociales: Es un amplio grupo de normas socialmente reconocidas, como la moda, la tradición, los usos y costumbres, etc. Su incumplimiento no implica una sanción institucionalizada, aunque sí algún tipo de recriminación o reproche social. En las últimas décadas existe la tendencia a re conceptualizar estos comportamientos de desviados en diversos

·         Moral individual: Son las normas autoimpuestas del tipo no comeré nunca en un McDonald's. Incumplirlas tiene escasa relevancia social, pero puede ser calificado como hipocresía.

 

Diferentes tipos de normas y tipo de desviación que implica su incumplimiento.

Un ejemplo actual es la contradicción de muchas legislaciones con la aceptación social de las descargas por internet. Cuando existen fuertes contradicciones entre los sistemas normativos puede producirse una crisis que los modifique. Por este motivo, autores como Emil Durkheim consideran la desviación como un motor del cambio social. ​

En los últimos años algunos autores han identificado la existencia de situaciones en las que se califica de desviado, no a quien incumple la norma sino a quien la cumple con demasiado celo. Glenna Huls ejemplifica este fenómeno con la concepción social del empollón o de quien paga religiosamente sus impuestos en la sociedad norteamericana. ​

 

 

 

 

 


miércoles, 22 de diciembre de 2021

La Nomenklatura ( PRI-PAN, 1929-2018 ). La Glasnost y Perestroika de AMLO.

   

Lic. Francisco Javier Aragón Salcido.

La Nomenklatura, es una obra del historiador soviético Michael Voslensky. En opinión de sus primeros analistas, “ La Nomenklatura en la URSS”  es una palabra latina rusificada, misma que «merece alcanzar la misma celebridad que el término “ ARCHIPIELAGO GULAG”  , el cual fue ignorado hasta el día que Alexander Soljenitsyn en 1973   lo utilizó para describir el sistema de concentración penal  soviético».

La frase es de Jean Ellenstein, el historiador comunista francés miembro del PC Francés , pero disidente de la ortodoxia oficial, y que en esta ocasión han escrito la introducción del libro de Michael Voslensky. El presente es un texto basado en un artículo de Feliciano Fidalgo. Paris, Francia. 11 de Septiembre de 1980. Publicado por el Diario El País.  

La nomenklatura descubre de manera vertiginosa la «cara» de los verdaderos detentadores del poder en la URSS: Se trataba de 750.000 privilegiados «que constituyen la clase dominante  y explotadora del pueblo soviético». Michael Voslensky, nacido en la URSS, era  historiador, fue alto funcionario, colaborador del Comité Central del Partido Comunista soviético, al que representó en conferencias internacionales.

Perteneció al Consejo de la Academia de Ciencias Sociales y ejerció como profesor en la Universidad Patricio Lumumba, de Moscú. Desde 1972 vivió en Occidente y está considerado como uno de los especialistas más solventes de la política soviética.  

Este libro, salvo por los comunistas galos, que aún no lo han comentado, es considerado como «un acontecimiento paralelo a la aparición de los libros de León Trotsky y del Serbio-Yugoslavo Milovan Djilas, la Nueva Clase ( En la era del mariscal Joseph Bros Tito)   .

«Pierre Daix, el intelectual y escritor francés expulsado hace varios años del Partido Comunista francés, anotaba ayer a propósito de La nomenklatura: «Valoro este libro como el más importante publicado sobre la Unión Soviética después de El archipiélago Gulag de Alexander Soljenitsyn ».

De León Trotsky a esta parte, en efecto, muchos autores se han preocupado de «la nueva clase» (Milovan Djilas) dominante que han generado los países socialistas. El autor serbio-yugoslavo ( Milovan Djilas) realizó el estudio más completo referido a su país. Pero todos estos trabajos analizaban teóricamente la evolución de los regímenes socialistas productos de la revolución de octubre de 1917.

Por el contrario, y por primera vez, Michael Voslensky, que fue un privilegiado, describe la vida cotidiana de sus ex colegas, narra los hechos, la historia vivida y, a posteriori, extrae las lecciones que le parecen oportunas en tanto que historiador y conocedor del marxismo.

¿Qué es La nomenklatura? . En la URSS, por nomenklatura se entiende «la lista de puestos de dirección dependientes de las instancias superiores del partido y la lista de personas nombradas para esos puestos o que se mantienen en reserva para esos mismos puestos». 

La nomenklatura en definitiva, responde a una pregunta que ya se planteó León Trotsky: ¿quién dirige la Unión Soviética? .  Para el revolucionario ruso, León Trotsky , quien fue colaborador de Iván Ilich Ulianov, mejor conocido como Vladimir Lenin , que sería  asesinado en México, por órdenes de Joseph Stalin, el poder fue «usurpado» por la burocracia parasitaria del PCUS.

Otros especialistas, después, han intentado demostrar que el poder está en manos del Ejército, o del partido, o de la policía. Michael Voslensky responde de manera categórica y con un lujo de detalles sobrecogedor: en la URSS, corno en los demás países socialistas, el poder total, absoluto y despótico está en manos de la nomenklatura, cuyos padres fueron Vladimir Lenin y Joseph Stalin, sobre todo, y cuya dominación y privilegios no han hecho más que extenderse hasta el presente.

La nomenklatura, según Michael Voslensky es «la clase de privilegiados, la clase de explotadores de la sociedad soviética, una clase que aspira a la hegemonía mundial, una clase de parásitos, elegidos por COOPTACIÓN  y, cada vez más, por motivos hereditarios».

El autor describe la trayectoria de un nomenklaturista hasta que llega al pleno goce de todos sus privilegios: apartamentos lujosos, comidas refinadas en restaurantes y acceso a comercios especiales, datchas (casas de campo), sueldos diez veces superiores a la media, más los «sobres» mensuales, centros de descanso prácticamente gratuitos, coches lujosos, chóferes y lo que constituye su droga insustituible: el poder.

Al final del libro se narra una jornada de un miembro de la nomenklatura, Denis Ivanovitch, y el historiador francés Jean Ellenstein comenta: «Tantas ganas me dan de llorar, como de reír».

Tres millones de privilegiados. Según calcula el autor, en la URSS existían  alrededor de 750.000 nomenklaturistas que, con sus familias, ascienden a tres millones de privilegiados; es decir, el 1,5% de la población soviética.

Ese clan ejerce todo el poder en el Ejército, en el KGB, en la economía, en las artes y a todos los niveles de la Administración. «La ideología de los nomenklaturistas, resume Michael Voslensky, no es marxista, ni incluso leninista.

De hecho, es la creación de la nobleza, nueva clase dominante de la antigua sociedad feudal rusa. Se trata de un chovinismo de gran potencia, al que se le ha integrado una terminología marxista y leninista que sirve los intereses de la nomenklatura».

El, capítulo dedicado a las ramificaciones de la nomenklatura en los partidos comunistas occidentales aborda el tema del eurocomunismo. «A pesar de que los eurocomunistas», resume, «repiten que es imposible el socialismo sin la democracia, se manifiestan incapaces de sacar la única conclusión posible: que no hay socialismo en la URSS».

El ya referido comunista Jean Ellenstein, en el prefacio del libro, concluye que hasta la fecha ningún estudio le había convencido, como lo ha conseguido La nomenklatura, de que «existe en la Unión Soviética una verdadera clase dominante». * Este artículo apareció en la edición impresa del jueves, 11 de septiembre de 1980. El País.

Se conoce como   glásnost (?·i) (en ruso гласность, 'apertura', 'transparencia' o 'franqueza') a la política que se llevó a cabo a la par que la perestroika en la Unión Soviética por Mijaíl Gorbachov, desde 1985 hasta 1991.

En comparación con la perestroika, que se ocupaba de la reestructuración económica de la Unión Soviética, la glásnost se concentraba en liberalizar el sistema político. En esta se estipulaban libertades para que los medios de comunicación tuvieran mayor confianza para criticar al gobierno.

Gorbachov también autorizó la liberación de presos —políticos para la oposición interna y externa— y la emigración de algunos refuseniks. El objetivo más expreso de la glásnost era crear un debate interno entre los ciudadanos soviéticos y alentar una actitud positiva y entusiasmo hacia las reformas que se encaraban. Sin embargo, esta política de apertura se volvió en contra de Gorbachov al incrementarse los problemas económicos y sociales por efecto de las mismas reformas y al incrementarse la crítica de la población soviética contra la dirección política del PCUS.

Durante la glásnost se dieron a conocer al público, entre otras cosas, detalles sobre la violenta represión política de la época estalinista que hasta entonces permanecían reservados por cuestiones de Estado.

La meta de Gorbachov con la glásnost era en parte ejercer presión sobre los conservadores del Partido Comunista que se oponían a la perestroika. En agosto de 1991 la «línea dura» del Partido realizó un fallido golpe de Estado contra Gorbachov buscando revertir su plan de reformas, que consideraban una simple maniobra para volver al capitalismo y destruir al Estado socialista.

Al fracasar dicha revuelta aumentó considerablemente la impopularidad de los líderes conservadores que habían apoyado el golpe contra Gorbachov, siendo que como reacción los elementos más derechistas del PCUS asumieron el mando en medio de la acelerada descomposición del aparato político soviético.

Las Repúblicas de la URSS empezaron a proclamarse como independientes en forma sucesiva, sin que desde Moscú se pudiera impedir dicho proceso. El 24 de diciembre de ese mismo año Gorbachov abandonó el poder y disolvió oficialmente a la Unión Soviética en un sencillo acto de unos 60 minutos de duración. 

Borís Yeltsin, opositor por derecha de Gorbachov y uno de los artífices del contragolpe, se convirtió entonces en presidente de la Federación Rusa.

El término glásnost apareció por primera vez en 1920 en el contexto En el curso de la Guerra Civil y ante los éxitos en el frente militar, León Trotski aspiraba a organizar la economía y la sociedad según los patrones militares del Ejército Rojo.

Su primer objetivo fue subordinar los sindicatos (sobre todo los del transporte ferroviario, esenciales para los suministros, tanto del ejército como de alimentos para las ciudades) a una burocracia centralizada estatal. A esto se opusieron frontalmente no solo los dirigentes de los sóviets de trabajadores sino también muchos dirigentes bolcheviques.

El mismo Grigori Zinóviev consideraba que se pretendía «tiranizar» a los obreros y, desde dentro del partido, Aleksandr Shliápnikov organizó el grupo Oposición Obrera, al que más tarde se adhirieron otros dirigentes y miembros de la intelligentsia como Aleksandra Kolontái.

Fue entonces cuando algunos dirigentes radicales de Moscú llegaron a permitir la participación de los bolcheviques de base en las decisiones de la ejecutiva del partido en nombre de la «apertura», la «glásnost».