Don Quijote Cabalga de Nuevo.
Eufemismos , indirectas, metáforas
y
hasta alocuciones decididamente mordaces, tales como
:
Indestructible, blindado, EFECTO
TEFLÓN y ahora El INTOCABLE , se
están usando en pro y en contra de la humanidad del cándido
Enrique Peña Nieto .
Son los consabidos y recurrentes excesos retóricos o verbales de los medios masivos de
comunicación y sus operadores. ¡Es el
juego que todos los mexicanos jugamos!. Enrique Peña Nieto ,
derivado de esta ya no tan amable
y grata algarabía, ha aprendido más de política en los últimos tres meses, que en los tres sexenios que lleva en la política activa . Se
observa que ya mejor casi ni habla, le bajó a su perfil ante el respetable público .
Pues bien y si para sobrellevar la inmisericorde andanada de criticas y denuestos que padece, se repliega hacia sus bases reales de sustentación que están en el propio PRI, podría superar este trago , mismo que ha resultado ser todavía más amargo que la mortífera Cicuta.
Es el oneroso anticipo al alto
precio que se debe pagar por aspirar a la primera magistratura de México.
Antes, en México, sólo se hacía
burla de los ex presidentes, algo comprensiblemente
puesto que ; muerto el rey , viva el
nuevo rey, sin embargo ahora también los simples aspirantes al cargo son victimas propiciatorias de los mayores
desahogos verbales, pictóricos y escritos de los ciudadanos y medios .
Al Presidente ( 1930-1932) Pascual Ortiz Rubio le decían el Nopal, por aquello de la cualidad viscosa de la sabia
de la deliciosa y terapéutica cactácea, y pues se le quedó . Se decía que
lo tutelaba el ex presidente y líder máximo de la Revolución Gral. Plutarco Elías Calles.
Verbigracia , la alocución, idea o noción de que una persona es un TEFLON ( en alusión directa al Sartén , - aquel instrumento de cocina que es pintado o recubierto con una sustancia
plástica altamente térmica y además antiadherente- y que por ello se lo utiliza para freír los
huevos estrellados, a fin de que no
se rompa
la yema y se mezcle con la clara, pues serían entonces revueltos o la mexicana ) se
usa para designar a alguien que no se le pega o aprende bien o casi nada en la escuela, que es un
ignorante, lerdo o en su caso esta limitado intelectualmente .
Hoy EPN tiene en su contra todo un
Bulling mediático , preñado de
escarnio , que de alguna manera hasta
eufemísticamente insiste en llamarle a
veces ya sin venir a cuento; sandio ,
lerdo o simplemente pollino , ya nada más hace falta que le exhiban algún
certificado o boleta escolar con bajas calificaciones; el corolario de todo ello fue su gazapo en el FIL , de Guadalajara, Jalisco; pues bien, y si le siguen llamando así, se le
puede quedar , cuidado con la tolerancia
a los juegos de palabras indiscriminados
en los medios.
Es que para una persona , candidato o político que no le
hacen mella las criticas, en este caso debido a sus gazapos , lapsus brutus o
lagunas de desinformación, debería decírsele
mejor , que es inmune a las criticas , que esta blindado, o bien que es sólido en sus convicciones y propuestas de gobierno .
Ahora bien y
con relación a las corruptelas , la acepción intocable, se refiere a una circunstancia propia de
las elites , que suelen quedar impunes
por sus fechorías ; o bien puede referirse a ciertos agentes de policía
dotados de plenos poderes para investigar ciertos delitos o dado
el caso para avocarse a
espiar actividades ilícitas sofisticadas
o internacionales .
Antes fue Ciro Gómez Leyva, en el Diario Milenio , ahora se
trata de Ricardo Alemán en Excélsior . Quien nos dice : ¿Que hace INTOCABLE a Enrique Peña Nieto ?. Y de
nuevo se recurre a la alocución
, del EFECTO TEFLÓN .
Refiere el analista de Excélsior : “Sin embargo —y ante la sorpresa de muchos—,
en todas las encuestas la popularidad de Enrique Peña Nieto prácticamente se
mantuvo sin cambios; continúa como puntero absoluto de todos los
presidenciables.
Y si bien en algunos casos bajó entre uno y tres puntos porcentuales —respecto de la medición inmediata anterior—, lo cierto es que esas variaciones se interpretan como el margen de error de las mediciones.
Y es que, nos guste o no, Enrique Peña Nieto aventaja por un margen de dos a uno a todos los presidenciables de todos los partidos —con poco más de 20 puntos porcentuales—, con la salvedad de que quien ocupa el segundo lugar en todas las encuestas, la señora Josefina Vázquez Mota, quien apenas se encuentra en el proceso de preselección del candidato del PAN, en tanto que el candidato de las llamadas izquierdas, Andrés Manuel López Obrador, aparece en un lejano tercer lugar, con poco más de 20 puntos porcentuales de desventaja”.
Sigue diciendo Ricardo Alemán: “¿Qué fue lo que pasó?. ¿Por qué razón, Enrique Peña Nieto parece enfundado en la ARMADURA de INTOCABLE ? .
Y si bien en algunos casos bajó entre uno y tres puntos porcentuales —respecto de la medición inmediata anterior—, lo cierto es que esas variaciones se interpretan como el margen de error de las mediciones.
Y es que, nos guste o no, Enrique Peña Nieto aventaja por un margen de dos a uno a todos los presidenciables de todos los partidos —con poco más de 20 puntos porcentuales—, con la salvedad de que quien ocupa el segundo lugar en todas las encuestas, la señora Josefina Vázquez Mota, quien apenas se encuentra en el proceso de preselección del candidato del PAN, en tanto que el candidato de las llamadas izquierdas, Andrés Manuel López Obrador, aparece en un lejano tercer lugar, con poco más de 20 puntos porcentuales de desventaja”.
Sigue diciendo Ricardo Alemán: “¿Qué fue lo que pasó?. ¿Por qué razón, Enrique Peña Nieto parece enfundado en la ARMADURA de INTOCABLE ? .
¿Por qué ha sido inmune a escándalos y golpes
que, en circunstancias similares, habrían tumbado a otros políticos de otros partidos?
.
Enrique Peña Nieto vive —aún hoy— el clímax de
un romance platónico con un amplio sector de electores, que lo ven como el
mejor candidato , el menos malo o el único con posibilidades para convertirse
en presidente.
Pero lo cierto es que no estamos ante un inédito, Lo cierto es que se trata de un fenómeno que ya experimentaron —cada uno en su momento—, el panista Vicente Fox Quesada en 2000 y el perredista Andrés Manuel López Obrador en 2006”.
Pero lo cierto es que no estamos ante un inédito, Lo cierto es que se trata de un fenómeno que ya experimentaron —cada uno en su momento—, el panista Vicente Fox Quesada en 2000 y el perredista Andrés Manuel López Obrador en 2006”.