Maestro Francisco Javier Aragón Salcido.
La relación bilateral de México con
el Imperio Norteamericano, desde antes de la Independencia en 1821, siempre ha sido asimétrica. Se ha caracterizado por más
sombras que luces. No voy a revivir viejos traumas como fue la Guerra del 47,
que nos costo la perdida de la mitad de nuestro original
e inmenso territorio nacional .
En los tiempo que transcurren, en
realidad recibimos un trato como el de pares, somos su principal socio
comercial, junto a Canadá, hay respeto a
nuestra soberanía , designios y proyectos, es que somos la octava economía
mundial, y desde el punto de vista de la Geopolítica, la indiscutida hegemonía
mundial de nuestro grande y estimado
país vecino del norte , enfrenta la
competencia comercial , industrial, financiera y militar de la Unión Europea , Rusia,
la de Asia , India, China y Japón, y la
de una serie de países con economías emergentes denominados BRICS , en este
siglo XXI , México dejo de ser el patio trasero de los Estados Unidos, hoy en día
siguiendo con el símil seríamos algo así como su play room o sala de juegos .
El Presidente Andrés Manuel López
Obrador esta consiente de esta nueva realidad, por ello actúa con atingencia,
sobriedad y firmeza. La relación
bilateral es de cooperación en todos los ámbitos ; económico, político, social, cultural,
hacendario, policiaco , militar, judicial, ya no es de subordinación como hace
apenas unos pocos años .
Lamentablemente eso no lo entienden
los incultos e interesados comentocratas de la CDMX que viven en el pasado del
PRI y del PAN, cuyos CORRUPTOS presidentes y ministros actuaban como fiscalizadores
del Imperio; Miguel De la Madrid, Carlos
Salinas, Ernesto Zedillo, Vicente Fox, Felipe Calderón y Enrique Peña.
Los ex presidentes en cita, se ponían a temblar de miedo ante insinuaciones, declaraciones,
reclamos, criticas o necedades de políticos republicanos y demócratas, o bien ante
notas airadas e inducidas por el State Deparment de EU, de periodistas en los medios escritos y electrónicos de EU y, prestos, los presidentes , se abocaban a dar
explicaciones , excusas o de plano se
allanaban a las demandas fueran estas hechas por mera politiquería , o para farolear en sus campañas y elecciones
internas , y en caso de excepción
atendían las fundadas , motivadas , y razonables peticiones del Tío
Sam .
Hoy en día existe un área denominada
como Mesoamérica entre EU-MX, compuesto
al decir de Carlos Fuentes, por una amplia franja transfronteriza integrada por
los Estados americanos del Sur y, los del Norte de México. Se reconocen 30 millones de México-Americanos,
aunados a los cerca de 12 millones de indocumentados; para esto el intercambio comercial casi llega al billón de dólares, para el 2030 se estima que los mexicoamericanos
, serán unos 50 millones de habitantes en los EU, constituyendo la primera
minoría, los WASP serán como 130 millones, los afroamericanos unos 35 millones .
Los tres mil kilómetros de frontera
MX-EU, se han achicado o por lo menos desdibujado. Los mexicanos del norte del
país , como mínimo tenemos un abuelo, padre, hijo, nieto, hermano,
tío, primo , sobrino con la doble nacionalidad, esa es una realidad innegable. Y
no hay rencor , envidia o desavenencia con los gringos, solo admiración y respeto.
Existe toda una interrelación que da
origen a una mutua comprensión y aculturación que viaja en ambos sentidos ,
misma que , muchos políticos, intelectuales y periodistas del altiplano no logran
entender y mucho menos asimilar, se observa que son más europeizantes o
españolados .
Pero vallamos a la narrativa de don Porfirio Díaz Mori, a inicios del siglo
XX. Según refiere Dora Alicia Carmona en : MEMORIA POLÍTICA DE MÉXICO.
“ El periodista norteamericano James
J. Creelman llegó a México a mediados de noviembre de 1907, para realizar una
entrevista al Presidente General don Porfirio Díaz Mori ” .
Pero mucho cuidado mi muy estimado lector, resulta que : “ James J. Creelman traía
consigo una carta de presentación del presidente de los Estados Unidos Teodoro
Roosevelt en la que le inquiría a don Porfirio Díaz Mori si pensaba reelegirse
y sobre el destino de las inversiones
extranjeras y norteamericanas en México. Había una notoria tendencia de
afrancesamiento de la elite gubernamental. La entrevista tuvo amplia difusión tanto en la
prensa norteamericana como en la mexicana” .
En este orden de ideas: “ Los días 3
y 4 de marzo de 1908, el diario “El Imparcial”, de la Ciudad de México, reprodujo
en español el texto de la entrevista que el presidente Porfirio Díaz había
concedido, seis meses antes, a James J. Creelman “.
Es evidente que se trató
de una entrevista inducida por el Presidente norteamericano, Teodoro
Roosevelt , con preguntas impuestas por
él mismo y, desde luego , las respuestas
fueron efectuadas a modo por parte del viejo dictador . Para nuestra fortuna ,
hoy en día no sucede lo mismo , ya son otros LOPEZ y TIEMPOS . Honor y Gloria
para el Presidente Andrés Manuel López Obrador.
La entrevista del reportero James J. Creelman causó una gran expectación y
diversas reacciones en la opinión pública de los Estados Unidos y de México . Fue la mecha
que encendió la Revolución Maderista del 20 de noviembre de 1910, bajo el lema: Sufragio Efectivo No
Reelección, producto del Libro la Sucesión Presidencial del Apóstol de la
Democracia don Francisco I. Madero.
--Pregunta genérica de James J.
Creelman.- Su larga permanencia en el poder han hecho nugatoria la Democracia
en México.
-Porfirio Díaz .- “Es un error
creer que los sentimientos democráticos de la República se hayan debilitado por
mi larga permanencia en la Presidencia, decía tranquilamente.
Puedo sinceramente afirmar que el
continuado ejercicio del poder no ha menguado mis ideales políticos y creo, por
el contrario, que la democracia trae consigo los verdaderos y únicos principios
de un buen Gobierno aunque en realidad sólo sean practicables en los pueblos
que han llegado a su pleno desarrollo...
Aquí en México las condiciones son
muy distintas. Yo recibí el Gobierno de las victoriosas manos de un ejército,
en un tiempo en que este pueblo estaba dividido y muy poco preparado para el
supremo ejercicio de las prácticas democráticas.
Haber dejado sobre las masas la
completa responsabilidad del Gobierno, desde un principio, hubiera sido lo
mismo que crear tales condiciones que hubieran traído el descrédito de la causa
para un gobierno liberal.
Es cierto también que una vez que se
me confió el poder supremo, por el ejército, se convocó a elecciones, y
refrendado su voto para mí, el poder me fue conferido directamente esta vez,
por el pueblo.
He procurado, con el concurso de las
personas que me rodean, conservar incólume la práctica del Gobierno
democrático.
Hemos mantenido intactos sus
principios y al mismo tiempo hemos adoptado una política que bien pudiera
llamarse patriarcal, en la actual administración de los negocios de la Nación;
guiando y restringiendo a la vez las tendencias populares, con plena fe en que
los beneficios de la paz traerían como resultados la educación, la industria y
el comercio, desarrollando, al mismo tiempo, elementos de estabilidad y unión
en un pueblo naturalmente inteligente, afectuoso y caballeresco.
He aguardado durante muchos años pacientemente,
a que el pueblo de la República estuviera preparado para elegir y cambiar el
personal de su Gobierno, en cada período electoral, sin peligro ni temor de
revolución armada y sin riesgo de deprimir el crédito nacional o perjudicar en
algo el progreso de la Nación, y hoy presumo que ese tiempo ha llegado ya.
--James J. Creelman .- ¿Cree usted
exacta, señor Presidente, la aserción de que exista la verdadera democracia,
ahí donde no existe la clase media?— pregunté.
El Presidente respondió con su benévola
sonrisa y moviendo ligeramente su cabeza.
—James J. Creelman .- La creo exacta
—me dijo—. México tiene hoy una clase media que nunca había tenido antes, y la
clase media, es bien sabido que aquí, como en todas partes, forma los elementos
activos de la sociedad.
Los ricos están demasiado preocupados
con sus riquezas y con sus dignidades, para ocuparse en algo del bienestar
general; los hijos de ellos no procuran con ahínco ni mejorar su instrucción ni
formar su carácter.
Por la otra parte, los individuos de
la clase del pueblo son, por desgracia, bastante ignorantes para aspirar al
poder.