Maestro Francisco Javier Aragón Salcido.
Por
motivos de edad y salud, a mí no me preocupa ni ocupa la política cortesana o palaciega
en torno a los comisionados de evaluación de los aspirantes, ni las
nominaciones de candidatos a ocupar cargos por medio de elecciones de los juzgadores
dentro del Poder Judicial, Federal y Local.
En mi circunstancia,
de modo, tiempo y lugar, no abrigo ninguna aspiración para ocupar algún encargo
público, eso ya es para juristas jóvenes y talentosos, que por cierto los hay en
abundancia en Sonora y, ello dentro y
fuera del propio Poder Judicial.
El problema
para el 1 de junio de 2025 es que haya suficientes opciones y, sobre todo votación,
para poder legitimar el nuevo poder judicial que emergerá de las atípicas elecciones
abiertas, democráticas, libres y recurrentes en nuestro país.
Es el
caso que las pasadas consultas que realizó el REGIMEN de la 4 T, 2018-2024, fue
muy limitado, pues no votó ni el 15 % del padrón del INE, estos ejercicios democratizadores,
han recibido por lo tanto una muy escasa aceptación del respetable, este será
pues el gran reto para el Segundo Piso de la 4 T, 2024- 2030. Luego a esto hay
que agregar que el gremio de los abogados es notoriamente conservador,
pragmático, utilitario, no le agradan los reflectores.
La
cuestión es lograr que la gente asista a las urnas y, vote. Que sienta como
propia la reforma al poder judicial, que vea que no es más de lo mismo.
Los
iniciados lo saben, si, que de siempre se ha observado, cierta opacidad,
reserva, en el Poder Judicial, donde ha prevalecido la meritocracia, el nepotismo,
amiguismo, el acoso, la discriminación, el hostigamiento y, el abuso sexual en
desdoro primordialmente de las mujeres para que
Ellas puedan hacer una carrera judicial de éxito, decorosa. De los varones
menor ni hablar, solo diré que suelen constituir cofradías, sectas, catervas.
Unas
buenas campañas y, una abundante votación, es la única forma de limitar el
boicot y el sabotaje de los miembros contumaces del poder judicial y, de los
opositores a la recién aprobada reforma constitucional del poder judicial, toda
vez que, se trasparentara y visibilizara la actuación privada y pública de
Ministros, Magistrados y Jueces.
De la
ACEPCIÓN de PERSONAS por Dios. - Nunca es tarde, se vale soñar. Quizás se pueda
superar el esquema imperante en un régimen de partido dominante, hegemónico, único;
donde los puestos públicos se asignan a; 1º.- parientes, 2º.- amigos, 3º.- compromisos
políticos, 4º.- recomendados y, 5º.- al último, a los capaces.
El
Doctor angélico, Santo Tomas de Aquino dijo, siguiendo al gran jurista Romano
Marco Tulio Cicerón que; hace más daño a la administración de justicia un juez
inepto, que uno corrupto y, ello debido a que se desplaza a quien merecía el
puesto y, dos, porque brinda al público un servicio execrable.
Según
un destacado jurista consultado, con amplia experiencia como Fiscal, Juez,
Magistrado, Funcionario y, Litigante, la mayoría de la gente considera que, por
falta de información e interés, los ciudadanos simplemente no saldrán a votar. Es
que, al poder judicial, se le percibe como más distante de la vida cotidiana.
Este
amigo mío, le entiende al asunto mejor que Yo. La falla del régimen del Segundo
Piso de la 4 T, talvez estará en el supuesto nuevo poder judicial. Es que los puestos,
los van a asignar como se lo hace con los dados, en una policitación, prácticamente
al azar.
En tal
virtud es obvio que el notorio desprestigio de la clase política ahora también se
cernirá sobre los jueces, magistrados y ministros de la SCJN, ergo, al
participar de la RETORICA POLITICA, ingresar a la palestra y, quizás hasta podrán
llegar a convertirse en DEMAGOGOS, a los juzgadores perderán su gravedad de
estilo y honorabilidad.
Los juzgadores
serán tratados como cualquier hijo de vecino. Será bueno o, o será malo todo este sistema, que
por cierto ya se usó en la antigua Grecia y, en Roma, solo Dios lo sabe y, el inexorable
tiempo lo dirá. Pero va que va. No obstante, soy optimista, por ello les deseo
la mejor suerte y el mayor de los éxitos a los promotores y ejecutores de la idea.