domingo, 14 de febrero de 2016

Sigue Claudia, sigue apoyando la Perspectiva de Género en Sonora, ya.


 

Lic. Francisco Javier Aragón Salcido.

Mi muy admirada y respetada  gobernadora, no olvide que Vos  ganó la gubernatura en 2015 con el voto  de las mujeres y por el apoyo de los jóvenes. De ahí que  en  su gestión 2015-2021  atienda sus justas demandas. Para una mujer optimista y decidida como Vos, no obstante que se trata de una  ardua tarea, no le resultará imposible cumplirla, por ello modernidad de Género en Sonora ya.  

El feminismo en la actualidad. Ha sido un largo camino  el que se ha recorrido para llegar a  la equidad de Género,  el cual suma ya más de tres siglos, mismos que  han estado colmados  de reivindicaciones parciales en los derechos de las mujeres; no obstante lo más deplorable es que aún en nuestros días,  aún siguen haciendo acto de presencia, y en todo el orbe; el paternalismo, el machismo, y la misoginia, parecería que esta perniciosa odisea nunca se habrá de terminar.

En nuestros días  la agenda  feminista  parte de  la temática  aprobada por  la Organización de las Naciones Unidas, en la IV Conferencia Mundial sobre la Mujer, celebrada en Beijín, China,  en  1995, dicha agenda ha sido asumida por nuestro país, lo que ha obligado al gobierno  a dar el más amplio impulso y respaldo a  los contenidos  relativos a :

1.- La Transversalidad que significa igualdad plena entre mujeres y nombres  en todos los ámbitos de la vida social ; 2.-  La paridad o equidad de Género , o sea asignar por igual las funciones y responsabilidades  sociales  a mujeres y hombres ; 3.-  El  Empoderamiento  de la mujer, permitiendo el acceso a empleos , condiciones  y salarios iguales  a los de los hombres     4.- La superación de los Techos de Cristal, que es el derecho de la mujeres a ocupar  la alta dirección de empresas y los cargos en el gobierno; y , 5.- Proscribir la violencia y discriminación contra la mujer, o se la Misoginia, en cualquiera de sus manifestaciones y ambitos.

Una digresión histórica sobre: “Las tres grandes  olas o etapas del feminismo occidental”.  Véase: “Los feminismos a través de la historia”. Ana de Miguel.

Para la filosofa Ana de Miguel,  las polémicas y las protestas individuales  sobre la condición de desigualdad de  la mujer,  se remontan a la Edad Media, en México tenemos el caso  de Sor Juana Inés de la Cruz, sin embargo el feminismo occidental nace propiamente en el XVII y se manifiesta como todo un movimiento colectivo de lucha de las mujeres por sus reivindicaciones hasta  la segunda mitad del siglo XIX.

Según Ana de Miguel el feminismo empieza en el momento en que se articulan, "tanto en la teoría como en la práctica, un conjunto coherente de reivindicaciones" y las mujeres se organizan para conseguirlas, conscientes de la existencia de la discriminación sexual. Teniendo en cuenta este criterio, se puede hablar de tres grandes etapas u olas feministas. Por ello y para  describirlas, seguiremos el criterio de Amelia Valcárcel, catedrática de Filosofía Moral y Política de la UNED.

Tanto Amelia Valcárcel como Celia Amorós comienzan su clasificación en la Ilustración, frente a las teóricas anglosajonas que señalan el inicio de la primera ola feminista en el sufragismo o derecho al voto de mediados del siglo XIX, en Inglaterra, Francia y los Estados Unidos.

La primera ola: el feminismo ilustrado. En esta etapa se reivindica la ciudadanía de las mujeres y su obra más representativa es 'Vindicaciones de los derechos de la mujer' de la inglesa Mary Wollstonecraft.

Sus principales características son: Va de un periodo que se extiende desde la Revolución Francesa hasta mediados del siglo XIX. El debate se centra en la igualdad de la inteligencia y la reivindicación de la educación para la mujer. Fundamenta sus reivindicaciones en el pensamiento del Siglo de las Luces, muy a pesar de que muchos autores ilustres como Juan Jacobo  Rousseau desplazasen a la mujer a un segundo plano dentro del Estado liberal ideal.

Sus autores clave son Poullain de Barre, Olympe de Gouges y Mary Wollstonecraft, así como las ciudadanas que presentaron en 1789 a la Asamblea francesa su "cuaderno de reformas", que incluía ya el derecho al voto, la reforma de la institución del matrimonio y la custodia de los hijos, además del acceso a la instrucción.

Los derechos de la mujer comienzan a estar presentes en las tribunas políticas,  cenáculos intelectuales y  parlamentos. Uno de los grandes pensadores, el revolucionario girondino Marie-Jean Antoine  Nicolás de Caritat, maques de Condorcet, padre el laicismo en la enseñanza, escribe en 1790 el ensayo: 'Sobre la admisión de las mujeres en el derecho de la ciudad', que literalmente  dice:

"Los hechos han probado que los hombres tenían o creían tener intereses muy diferentes de los de las mujeres, puesto que en todas partes han hecho contra ellas leyes opresivas o, al menos, establecido entre los dos sexos una gran desigualdad."

Es la célebre Carta de un burgués de Newhaven a un ciudadano de Virginia, de 1787, redactada por Marie-Jean Antoine  Nicolás de Caritat, maques de Condorcet.

La segunda ola: el feminismo liberal sufragista. En este periodo se reivindica principalmente el derecho al voto de las mujeres y su principal obra es 'El sometimiento de la mujer', escrito por John Stuart Mill y Harriet Taylor en 1869, que sentó las bases del sufragismo en Inglaterra y EU. Sus principales características son: Se extiende desde mediados del siglo XIX hasta la década de los cincuenta del siglo XX, al  final de la Segunda Guerra Mundial.

Comienza con la Declaración de Seneca Falls, de 1848. Resulta que  más de dos centenas de mujeres y hombres  pertenecientes a movimientos sociales y organizaciones, lideradas por Elisabeth Cady Stanton y Lucrecia Mott, se reúnen en el Seneca Falls, EU y, tomando como base la declaración de Independencia norteamericana, reclaman la independencia de la mujer de las decisiones de padres y maridos así como el derecho al trabajo, al que daban prioridad por encima del derecho al voto.

Los doce principios formulados exigen cambios en las costumbres y moral de la época y en la consecución de la plena ciudadanía de las mujeres.

En Inglaterra aparecen las sufragistas, lideradas por Emmeline Pankhurst, y el debate sobre el voto  universal se hace cada vez más intenso. Durante la primera mitad del siglo XX, se va incorporando a las legislaciones democráticas, a veces limitada en edad o estrato social. Es la primera reivindicación pacifista e introduce el término de solidaridad. Socialmente, el activismo se extiende a las clases media y baja.

También se vincula a otras causas de derechos civiles, como la abolición de la esclavitud en Estados Unidos, 'Ain't I a woman’ de la feminista de color, Sugey Trhu  de 1851.Continúan, en paralelo al derecho al voto, las reivindicaciones sobre el acceso a la educación y, a partir de 1880, algunas universidades y colegios  de EU comienzan a admitir mujeres en las aulas universitarias, aunque todavía es algo excepcional. Antes, la mujer fue logrando acceso a la educación primaria y secundaria, aunque todavía bajo el pretexto de ser buena madre y esposa.

La tercera ola: el feminismo contemporáneo. Reivindica un cambio de valores y que la justicia legisle aspectos considerados antes como "privados". Sus obras de referencia son 'El segundo sexo' de Simone de Beauvoir, y 'La mística de la femineidad', de Betty Friedan.

Sus principales características son: Esta etapa comienza con las revoluciones de los años 60 hasta la actualidad, aunque algunas teóricas marcan el punto final en los años 80.

Se lucha contra el uso de la mujer como estereotipo sexual en los medios de comunicación, el arte y la publicidad. Los años cincuenta definen un tipo de femineidad, de la que se hace propaganda en la televisión y el cine. Los sesenta y setenta reflexionan acerca de esos modelos y se enfrentan a los concursos de belleza y desfiles de modas.

El movimiento feminista pide la abolición del patriarcado: se toma consciencia de que más allá del derecho al voto, la educación y otros logros de las primera feministas, es la estructura social la que provoca desigualdades y sigue estableciendo jerarquías que benefician a los varones.

Con el lema "lo personal es político" entran en el debate la sexualidad femenina, la violencia contra la mujer, la salud femenina, el aborto o la contracepción, entre otros. Sin embargo, desde los años ochenta, adquieren especial importancia las diversidades femeninas, el multiculturalismo, la solidaridad femenina y el debate, cada vez más intenso, entre diferentes corrientes del feminismo.

 

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