Lic. Francisco Javier Aragón Salcido.
El volador solitario, o del asiduo visitante del
Topus Uranus y, sin usar una nave
espacial . ¿ Pero quién es , que hace y
fue ese que ostentosamente se hace pasar como don
Quijote cabalga de nuevo, o bien como el Paráclito, déjenme que les cuente paisanos , déjenme que les cuente .
Luego entonces y para
exponer mi breve periplo vivencial se me imponer referir una breve cita
, misma que me retrata en mis más acabadas
e íntimas aspiraciones y búsquedas , ha
sido tomada del genial Libro Cuarto. Odas – Cap. IV -· A Melpómene.
Quem tu, Melpómene. De la pluma de un admirado vate latino, Quinto Horacio Flaco. Yo soy…
“Aquel , Melpómene , a quien
hayas mirado una vez, en la cuna , con ojos complacientes , no será un luchador
triunfante en los juegos de Ismia , ni un caballo fogoso lo llevará a la
victoria sobre un carro de Acaya, ni por lances guerreros será ceñido por el
laurel de Apolo y mostrado al Capitolio por haber abatido la arrogancia de los
reyes, sino que, las aguas que corren por el fértil Tiber y la frondosa
cabellera de los bosques , le harán excelso cantor Eolio.
El pueblo de Roma, primera
de las ciudades, me ha dado un puesto entre sus poetas preferidos .Así, ya
muerde menos el diente de la envidia.
¡Oh, Musa, que arrancas
dulces tonos a mi lira de Oro! ¡Tú , que quisieras , darías el canto del cisne
hasta a los peces mudos ¡Sí el dedo de los transeúntes me señala como el que
hace vibrar las cuerdas de la lira romana , todo es regalo tuyo; si tengo
inspiración y deleito , si es que deleito, tuyo es el mérito”.
Mí cognomen no menos
virtual , delirante y , fantasioso sería : Aragón Salcido Francisco Javier, de Todos los Santos, Soto, Aragón-Salcido, Conde de Santa Cruz de la Chicura y , Marques de Sauce
en el Agua , Duque de la Nueva Arcadia,
y Príncipe del Valle de en Medio o Río
Mayo , Señor de Ostimuri, en buen romance, el Paráclito es oriundo de Huatabampo, Sonora, México, lugar
donde vio la primera luz de este gran mundo
material o bien reencarnó su alma la fresca mañana del día 30 de abril, en la agradable y
floreciente primavera del año de gracia de
1951, d.C. , en la era de Piscis .
Improntas académicas y
literarias . El entorno cultural, geográfico, e histórico de aquel pueblo tan “grande” , implicaba ciertas costumbres bucólicas, donde
la literatura castellana,
romántica, imponía su métrica, la rima y , los versos , circunstancia
que era matizada por la influencia de una inobjetable y latinizada formalidad religiosa católica.
Se percibía una gran influencia de Sor Juana Inés de la
Cruz, en las dulces y cariñosas maestras de primaria cuando nos impartían las
clases de Lengua Nacional; por tanto
recitar a La Décima Musa,
era una ineludible obligación ,
ahora me parece que subliminalmente oscilábamos
entre lo confesional y hasta lo laico , rememorando la eterna lucha de
las investiduras, que implica esa vieja
y polémica relación entre El Magisterio de la Santa Madre Iglesia Católica
Apostólica y Romana y , el de La Republicana y Secular Docencia Laica Nacional
Liberal juarista , masónica, imbíbita
en las Leyes de Reforma en 1857.
Lo cierto es que se nos imponía la obligación de repetir hasta el agotamiento su Redondilla de Amor y Discreción, en la que
la monja de san Jerónimo, describe racionalmente los efectos irracionales del
amor –se trata de la inacción mental
como consideraba a la sensualidad el filósofo griego Aristóteles- , es una aromática y
exquisita flor, ideal para los amores platónicos de la infancia y
juventud por lo que a la letra se cita
lo que nos canta Sor Juana :
Este amoroso tormento que en
mi corazón se ve , se que lo siento, y
no sé la causa porque lo siento.
Sin embargo, es de
aclararse que en sus tiempos coloniales
, para la sabia religiosa , no todo era
miel sobre hojuelas de maíz blanco autóctono , es obvio que sufría doña Juana de Asbaje o sor Juana Inés de la
Cruz , la acosaban los curas misóginos ,
Aguiar y Seijas, por ello se dolía de su suerte; en este otro poema insinúa su
aversión a los vicios, y justifica su divertimiento a las nueve Musas, dice la ilustre monja :
En perseguirme, Mundo, ¿Qué
interesas? ¿ En que te ofendo , cuando sólo intento poner bellezas en mi
entendimiento y no mi entendimiento en las bellezas ? .
Por eso mismo, no puedo dejar de recordar su celebérrima sátira filosófica, en la que arguye de
inconsecuente el gusto y la censura de
los hombres que en las mujeres acusan lo que ellos les causan, canta el ruiseñor de Panoayan:
Hombres necios que acusáis a
la mujer sin razón, sin ver que sois la ocasión de lo mismo que culpáis... Si con ansias sin igual solicitáis su desdén
porque queréis que obren bien, si las incitáis al mal.
En aquellos tiempos ya idos de mi infancia que evoco con grata y reconfortante nostalgia , la
liturgia católica, se nos ofrecía en Latín y de espalda a los feligreses, esta
situación propiciaba un halo de
dogmatismo, misterio y subjetividad ,
éramos acústicos en lugar de visuales
como los protestantes, lo cual solo
habría de superarse a costa de variada lectura y profunda reflexión intima .
Nuestras materias
favoritas siempre fueron las de
Biología, Geografía, Historia y la
Literatura Universal.
Venturosamente fui educado
para vivir como discípulo de Epicuro CARPE DIEM y, no del Estoico
Zenón de Citio , que nos enseña a soportar el dolor con entereza de ánimo . Por
eso me encanta pasarla vida como lo hacía el romano Horacio Quinto Flaco,
haciendo lo indispensable para vivir,
leyendo temas interesantes, pensando y
escribiendo los más.
Logré armonizar
mi profesión de abogado honesto con la literatura, de ahí
que cuento en mi haber con unas novelitas
reinventadas , algunos cuentos
debidos a pasajes oníricos , y un
poemario con más de un ciento de
trabajillos, que no logro terminar, es que presiento que siempre le
falta algo al verso final, una amenaza
incumplida , no se
lo di-gan a na-die, pero añoro la
posteridad.
Ruego me disculpen mi
sincero y acendrado individualismo, pero poco
he pensado en los demás, lo bueno, malo y feo que hacen, por eso no he
abrigado envidias , temores ni rencores,
no me gustan las parvadas , ni las
responsabilidades extra contractuales como no sea mi familia más íntima y próxima, nunca
imagine un futuro promisorio, ni mío ni de los demás , tomo las
cosas como son, van y vienen .
Les diré el porqué , siendo apenas un niño de seis años , aprendí a volar sin alas,
viajar astralmente como los orientales , en sueños , hoy se nos
denomina ONIRONAUTAS, siempre me fascinó el inframundo o, el más allá, me
intrigaban sus relativas y vastas
regiones , pero no lo podía platicar con cualesquiera , ya que me tildaban de loco santo , y ello a
veces pero loco al fin , en verdad he estado muchas veces
en el Topus Uranos , más que arrobado, disuelto, extático de emoción,
y sin querer volver, volver -sin ganas de despertar- que por los rumbos de este obvio mundo concreto, pesado, material , por ello
puedo afirmar sin temor a equivocarme que , si existe el Cielo y , que se vive más dichoso
, pleno y sosegado por allá, pero Dios
cíclicamente nos hace retornar a este inmenso valle de lágrimas, heredado por
nuestros padres Eva y Adán .
Lo cierto es que ha sido
poco mi interés secular , pero me da gusto que mis próximos y amigos sean felices y hayan triunfado, se
lo merecen por su esfuerzo, talento y sacrificio , a todos los he visto tan
reales, llenos de ilusiones, es que todos fuimos formados en el ámbito
ortodoxo del amor a la vida ,
el progreso y bienestar material .
En mi calidad de litigante y maestro , jamás pensé en tener un cargo o puesto , se me hacen de fiesta las tomas de protesta sea como director , diputado, alcalde o
gobernador, tampoco rico, estudié leyes a instancias de mi mamá , y por tanto ,
nunca ha faltado el pan de cada día en mi mesa de ¿gourmet? , con ser un buen
ciudadano me basta, sobre esto lo sentía desde que era
joven , los bienes
terrenales que ahora poseo más bien son
el producto del esfuerzo de mis ascendientes
y , ya son cuatro generaciones
que reconozco , pero ahora el legado, viático o pensión para
mis descendientes , valen más
de lo que he ganado o gastado en mis siete décadas de habitar este secular y algunas
veces hasta cruel cuarto planeta
dominado por el animal racional ; bien dijo el filósofo Aristóteles , por ello no me ofusco mucho con la adversidad ; “se
sobrio y aprende a dudar esa es la medula del espíritu”.
Así que el tiempo que me ha quedado libre a virtud de esta circunstancia, no lo he consagrado a excederme
en los trabajos y los días, por el
contrario lo he dedicado a mí, a leer, escribir, y sobre todo a soñar , que Dios me perdone
pero eso , me ha hecho un poco
desinteresado , insensible y hasta egoísta .
Pero como ya he llegado a la
ancianidad , aunque no lo crean soy un poco más sentimental y , a veces hasta cursi
, ¿pero eso qué importa ya ? y, por lo tanto recuerdo lo feliz que he sido en
este dilatado e impredecible orbe y, esto
no ha sido ni poco ni
demasiado, cada vez me cuesta más trabajo cambiar , ya que la vida , Dios,
mi patria, mi familia, me han dado más de lo que Yo merecía, o por lo menos lo
justo para estar tranquilo de ánimo, y
sentirme satisfecho en el aquí y el ahora .
Cada día que pasa veo el
largo camino a la eternidad más claro y el rumbo cierto y seguro , para mí no
es el fin sino el recomenzar en una nueva forma de existir más acorde a nuestra
naturaleza espiritual, así que no me aquejan
en demasía las afecciones somáticas
, pero bien que me las atiendo , ahora son más extensas mis vigilias que mis
horas de sueño, vivo como en una cuarta
dimensión, o en otro plano, pienso que así prolongo mi existencia, ya que es tan bella la vida terrenal
que el gran Ser Supremo nos dio ,
por todo ello siempre me he
imaginado eternamente despierto, pero alucinado , delirante , iluminado, para poder ver, sentir y, escuchar
más intensamente lo inefable del Ser , y así poder trascender la voluble
humanidad , a la mejor en el más allá lo
conseguiré , es que ambiciono la
plenitud, puesto que creo
existe el infinito total , es que
se me hace que la nada es imposible, no tiene ciencia afirmarlo , pues sería
más bien un tópico de ignorantes, en suma todo lo refiero ya sin prejuicios,
pues como dijo el escritor latino
Terencio, “hombre soy, y nada de la humana naturaleza me es ajena”.