Lic.
Francisco Javier Aragón Salcido.
De los
consejos que dio don Quijote de la Mancha a Sancho Panza, antes que fuese a gobernar
la ínsula (Barataria o podría ser un país llamado México ) , con otras cosas
bien consideradas.
bien consideradas.
Ciudadano(a)s
aspirantes a la presidencia , tengan muy en claro que se les conferirá
el gobierno de México por el sólo lapso
de un sexenio , de 2018 a 2024, vosotros no serán el rey , dictador o emperador del país, solo el Siervo(a) de la Nación o Presidente(a) de la
República .
Como todo
mundo lo sabe, tenemos un país abundante, fértil y rico. No lo malbaratemos. De
ser cierta la especie , no sigan lo expresado por el ex presidente don Benito
Juárez a quien se le atribuye manifestaba
, en situaciones difíciles , la
siguiente frase ;” a los amigos, justicia y gracia, a los enemigos , la ley a
secas”. Se debe gobernar a todos y por igual. Desde la antigua Grecia, la ley la deben
hacer los más ilustres ( Isegoría) , empero
la ley se debe aplicar por igual a ricos y pobres ( Isonomía) , es la mejor
forma de combatir la corrupción e impunidad.
*Esta esclarecedora
, humana , sentida y anecdótica cita del Quijote de la Mancha , relativa a el arte de la gobernanza se me vino a la
memoria, a virtud de que en septiembre dieron inicio los procesos de nominación
de sus candidato(a)s en los partidos , MORENA; PRI; PAN; PRD; MC y otros ;
con miras a la elección presidencial de 2018. La unción de Sancho como gobernador de la ínsula Barataria , fue una burla del Duque y su
esposa , pero que dio pábulo para que don Quijote le diera a su
fiel escudero , toda una cátedra de lo que debe ser un buen gobierno.
Señores
aspirantes a la presidencia , sin
arrogancia , traten de competir de manera honesta, leal y decente ,
no deben ser arrogantes, ni díscolos , menos codiciosos de oro y placer , traten de no cometer los errores de sus
antecesores, quien sin necesidad alguna
satanizaron y emprendieron verdaderas cacerías de brujas en contra de sus
adversarios, y sus predecesores, no hagan caso de los aduladores y maledicentes,
digan no al nepotismo, no tiren mucho
aceite, limítense a hacer la mejor
oferta política a los mexicanos , y a cumplir con la ley, personalmente no
acusen ni persigan a nadie, para ello hay un fiscal independiente ( FEPADE) .
Dejen que
la prensa y la opinión pública, haga su función analítica, profiláctica y
reparadora , para que la ciudadanía en
general , analice, demuestre, compare, alegue,
juzgue , y de su veredicto sobre la mejor opción , así se lo hace en las democracias
modernas consolidadas, como la que opera
hoy en día en México.
Una
lamentación. Las elecciones de EU y Francia de 2016, me han dejado un muy mal
sabor de boca, quisiera que en México no se repitiera ese nefando espectáculo
global , cercano al vodevil , que
realizaron Macron y Trump, y pensar que esos según algunos, nada más pasaba en
México, una calamidad. No se pierdan en peteneras.
Es que en
México no hay hegemonías ni bloques
históricos, ni un moderno príncipe ( partido dominante) , como lo especulaba el
comunista italiano Antonio Gramsci; lo
anterior habida cuenta de que todos aceptan que la de 2018, será una elección
de tercio mayor, por eso mismo , que no se desborden los ánimos, pues la final
del día tendrá que operar alianzas, electorales, parlamentarias y
gubernamentales, como nos ha manifestado una y otra vez el estadista Manlio Fabio Beltrones.
Extractos
tomados de la obra del Ingenioso Hidalgo
don Quijote de la Mancha. Libro dos. Capítulos XIII y XIV.
A todos
los aspirantes. Anaya , López, Mancera, Meade, Zavala.
—Mirad, amigo Sancho —respondió
el duque—: yo no puedo dar parte del cielo a nadie, aunque no sea mayor que una
uña, que a solo Dios están reservadas esas mercedes y gracias.
Lo que puedo dar os doy, que es una ínsula hecha y
derecha, redonda y bien proporcionada y sobremanera fértil y abundosa, donde,
si vos os sabéis dar maña, podéis con las riquezas de la tierra granjear las
del cielo.
—Ahora bien —respondió Sancho—, venga esa
ínsula, que yo pugnaré por ser tal gobernador, que, a pesar de bellacos,
me vaya al cielo; y esto no es por codicia que yo tenga de salir de mis
casillas ni de levantarme a mayores, sino por el deseo que tengo de probar a
qué sabe el ser gobernador.
—Si una vez lo probáis, Sancho —dijo el duque—,
comeros heis las manos tras el gobierno, por ser dulcísima cosa el mandar y ser
obedecido. A buen seguro que cuando vuestro dueño llegue a ser emperador, que
lo será sin duda, según van encaminadas sus cosas, que no se lo arranquen como
quiera, y que le duela y le pese en la mitad del alma del tiempo que hubiere
dejado de serlo.
__En esto llegó don Quijote y, sabiendo lo que
pasaba y la celeridad con que Sancho se había de partir a su gobierno, con
licencia del duque le tomó por la mano y se fue con él a su estancia, con
intención de aconsejarle cómo se había de haber en su oficio.
Entrados,
pues, en su aposento, cerró tras sí la puerta y hizo casi por fuerza que Sancho
se sentase junto a él, y con reposada voz le dijo:
A José
Antonio Meade Kuribreña y Ricardo Anaya .
—Infinitas gracias doy al cielo, Sancho amigo, de
que antes y primero que yo haya encontrado con alguna buena dicha te haya
salido a ti a recebir y a encontrar la buena ventura. Yo, que en mi buena
suerte te tenía librada la paga de tus servicios, me veo en los principios de
aventajarme, y tú, antes de tiempo, contra la ley del razonable discurso, te
vees premiado de tus deseos.
Otros cohechan, importunan, solicitan, madrugan,
ruegan, porfían, y no alcanzan lo que pretenden, y llega otro y, sin saber cómo
ni cómo no, se halla con el cargo y oficio que otros muchos pretendieron; y
aquí entra y encaja bien el decir que hay buena y mala fortuna en las
pretensiones.
Todo esto digo, ¡oh Sancho!, para que no atribuyas
a tus merecimientos la merced recebida, sino que des gracias al cielo, que
dispone suavemente las cosas, y después las darás a la grandeza que en sí
encierra la profesión de la caballería andante.
Dispuesto, pues, el corazón a creer lo que te he
dicho, está, ¡oh hijo!, atento a este tu Catón, que quiere aconsejarte y ser
norte y guía que te encamine y saque a seguro puerto deste mar proceloso dónde
vas a engolfarte, que los oficios y grandes cargos no son otra cosa sino un
golfo profundo de confusiones.
A Andrés Manuel López Obrador y Miguel Ángel
Mancera.
»Primeramente, ¡oh hijo!, has de temer a Dios,
porque en el temerle está la sabiduría y siendo sabio no podrás errar en nada.
»Lo
segundo, has de poner los ojos en quien eres, procurando conocerte a ti mismo,
que es el más difícil conocimiento que puede imaginarse.
A Andrés
Manuel ; José Antonio, Ricardo, Miguel Ángel.
—Así es verdad —replicó don Quijote—, por lo cual
los no de principios nobles deben acompañar la gravedad del cargo que ejercitan
con una blanda suavidad que, guiada por la prudencia, los libre de la
murmuración maliciosa, de quien no hay estado que se escape.
»Mira, Sancho: si tomas por medio a la virtud y te
precias de hacer hechos virtuosos, no hay para qué tener envidia a los que padres
y agüelos tienen príncipes y señores, porque la sangre se hereda y la virtud se
aquista, y la virtud vale por sí sola lo que la sangre no vale.
»Siendo esto así, como lo es, que si
acaso viniere a verte cuando estés en tu ínsula alguno de tus parientes,
no le deseches ni le afrentes, antes le has de acoger, agasajar y regalar,
que con esto satisfarás al cielo, que gusta que nadie se desprecie de lo que él
hizo y corresponderás a lo que debes a la naturaleza bien concertada.
»Nunca te guíes por la ley del encaje, que suele
tener mucha cabida con los ignorantes que presumen de agudos.
»Hallen en ti más compasión las lágrimas del pobre,
pero no más justicia que las informaciones del rico.
»Procura
descubrir la verdad por entre las promesas y dádivas del rico como por entre
los sollozos e importunidades del pobre.
»Cuando
pudiere y debiere tener lugar la equidad, no cargues todo el rigor de la ley al
delincuente, que no es mejor la fama del juez riguroso que la del compasivo.
»Si acaso doblares la vara de la justicia, no sea
con el peso de la dádiva, sino con el de la misericordia.
»Cuando te sucediere juzgar algún pleito de algún
tu enemigo, aparta las mientes de tu injuria y ponlas en la verdad del
caso.
»No te
ciegue la pasión propia en la causa ajena, que los yerros que en ella hicieres
las más veces serán sin remedio, y si le tuvieren, será a costa de tu crédito,
y aun de tu hacienda.
»Al que
has de castigar con obras no trates mal con palabras, pues le basta al
desdichado la pena del suplicio, sin la añadidura de las malas razones.
»Al culpado que cayere debajo de tu jurisdicción
considérale hombre miserable, sujeto a las condiciones de la depravada
naturaleza nuestra, y en todo cuanto fuere de tu parte, sin hacer agravio a la
contraria, muéstratele piadoso y clemente, porque aunque los atributos de Dios
todos son iguales, más resplandece y campea a nuestro ver el de la misericordia
que el de la justicia.
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