Don Quijote cabalga de nuevo.
¿ Que tan normal o moderno actuaban los naturales ?. La parte inicial de esta crónica me la refirió en el año de 2000 y me hizo recordar tantas cosas de mi ya distante puericia , una prima la maestra Lidia Valdez Elguezabal y consiste en que todos los 24 de Junio, la gente cristiana devota va a las ramadas de los fiesteros Yoremes del Júpare para acompañarles y degustar el guacabaqui, el menudo con pata , el pozole y los tamales de puerco, la leche atole, los coricos, pepitorias, cocadas, las melcochas y las empanadas de calabaza, raspados y sodas entre otras viandas y dulces regionales.
Al atardecer , cuando ya bajó el Sol abrasador , los peregrinos presencian las febriles , solemnes y vistosas danzas de los Matachines, del baile del Pascola y la singular y mundialmente conocida danza del Venado; en la noche si es de sábado, pues cuando cae entre semana la festividad es más limitada la contertulia . Esta comienza después de rezar el Rosario en la iglesia del pueblo, que es dirigida por el Tamastian , quien es un clérigo o rezandero de la etnia mayo habilitado por la Iglesia Católica Apostólica y Romana. En la nochecita al salir de la iglesia todos los jóvenes en edad de merecer se reúnen en parejas, para observar la quema del castillo; horas después el mismo sábado pero ya en la madrugada, para amanecer el domingo se lleva la esfinge de san Juan Bautista al Río Mayo y se asperja con sus frescas y límpidas aguas.
Ahora bien, al parecer ya no hay la celebración del festín denominado Tutuli , mujer, Gamuchi, bonita , Mujer Bonita, era esta una celebración según refieren historiadores como el prof. Eduardo W. Villa, el jesuita Ignacio Peferkorn y el milite Francisco P. Troncoso, una reunión pagana de intercambio de parejas de los yoremes Cahitas, similar a la de los modernos swinguers americanos de la Air Force, y europeos de Saint Tropez , Francia .
Si acaso la fiesta del Tutuli Gamuchi es ahora marginal y reducida a los iniciados de la etnia, ya muy poco se sabe de esta apoteosis de parte de los Yoris o blancos , solo les diré que me la encontré de causalidad , perdida en los magros anales regionales y es precisamente el tema de una breve pero sentimental y hasta anecdótica novela que no he tenido tiempo para darla a la imprenta.
Es el caso que antes de la evangelización y aculturación , los Yoremes Cahitas , y no solo los indios Mayos , quienes y como sea su denominación , ya que para algunos autores ellos son llamados así porque los españoles arribaron al valle del Mayo , precisamente el mes de Mayo , un día 3 , que es el día de la Santa Cruz, o también para otros son los de en medio o ribereños , por estar ubicados entre los ríos Suaque o Fuerte y el Iaquí, que se les llamaba así, pues son los que hablan fuerte, o de Aquí; sino también sus parientes y nativos “Yaquis” pues , Pimas, Opatas, los Raramuris o taraumaras y los Sinaloas y Suaques .
Como todos ellos estaban dispersos por todos los rumbos de la región y laderas de oriente y el poniente de la Sierra Madre Occidental , ya sea en Tucson , USA , B.C. o Chihuahua; pero es el caso que ellos viajaban y volvían en obligada y masiva peregrinación a las fiestas de sus propios Ríos; Asunción , Magdalena, Sonora, Yaqui, Mayo y Fuerte , para bañar al Santo , y desde luego ellos mismos y sus parejas predilectas , ya fuera femenina o masculina , en el caso de los Yoremes del Mayo, preferentemente lo hacían en el vado del camino viejo al poblado del Júpare, donde tiene su iglesia y ramada comunitaria solemne .
¿Empero la cuestión a dilucidar es; si se trata de una tradición o festín pagano plenamente local o nos fue importado por los peninsulares , los albos y barbados gachupines ?. Por tanto demos un salto para atrás en todos los sentidos ; material, espiritual y temporal, hasta la vieja , brumosa , añorada y culta Europa .
En efecto y según nos narra el cantautor catalán Joan Manuel Serrat, en su famosa canción, la Fiesta, aludiendo a las apoteóticas contertulias para festejar al bautista en su lejano país europeo que : En la noche de san Juan, todos comparten su pan , su mujer y su gabán , hombres de cien mil raleas.
Ah verdad, estas son las famosas fogueiras de san Juan, que se escenifican en las riveras del Mediterráneo y sus caudales eternos o ríos , que desembocan en los tres continentes África, Asia y Europa, pues este seductor y romántico Mar interior los recibe con aquiescencia .
Según un artículo del Wikipedia ; la mitología Indoeuropea y Celta, extendida por toda la Europa Atlántica , que incluye por supuesto a nuestra madre patria la inigualable, galante y bravía España , se cree que existen unas hadas, ninfas o camenas, llamadas así por la deidad Juno, Xanas , Juanas, Mayas, mismas que son espíritus de la naturaleza con forma de mujer , ellas habitan cerca de las fuentes, lagos y ríos .
Refiere la tradición que son mujeres de corta estatura. De belleza sobrenatural, se las puede ver en las márgenes de los ríos mesando con peines de oro su larga y rubia cabellera ataviadas con largas túnicas albas o tules transparentes.
Por ello , es una creencia bien arraigada en España, que el 24 de junio , la mera noche de san Juan Bautista , las Xanas se hacen visibles para quien las quiera contemplar con sólo acudir a los sitios en donde tienen su morada ; las fuentes, lagos y ríos .
Aquellos que quieran acometer tal hazaña encontrarán a una Xana sentada en una roca o al pie de un frondoso árbol , cantando y portando una madeja de hilo de oro que entregará al humano que se la pida ,prometiendo a la vez desposorio y magníficos tesoros para aquel que consiga deshilar la madeja sin cortar el hilo .
Pero si el hilo se rompiera, se castigará al humano con su muerte, atrayéndolo hasta el fondo de las aguas.
Según estas tradiciones, leyendas o mitos populares existen zonas intermedias o mágicas, como vienen a ser los puentes, la entrada a una gruta, la orilla de un río o bien su desembocadura en el inmenso mar, que son sitos específicos o idóneos para entrar en contacto con el reino del más allá o de las hadas, y en las fechas de inicio ya de los solsticios o equinoccios, en esos días y horas el velo entre los mundos material e invisible se hace más tenue y se puede contactar con el reino del espíritu y de las hadas.
En suma el acercamiento a la naturaleza, nos relaciona con los seres elementales, como son la tierra, el agua, el aire y el fuego, se reverencia a sus espíritus y se siente la energía de los ciclos vitales de la tierra en lo interior, potenciándose los biorritmos.
No tuve la fortuna ni oportunidad de ver a las Xanas, mi visualización más bien es posterior y libresca, pero les contaré que mis encuentros fueron cercanos y quizás hasta un poco mágicos con el Río Mayo y su ecosistema, o más bien, debería decir su microclima. Era y es un verdadero deleite ver fluir el milenario caudal, ya sea en tiempo de aguas o de secas, sobre todo, sumergirse en él con el torso desnudo, los sudorosos y dilatados veranos. Se emparienta uno con la naturaleza y el tiempo. Realmente nos sentíamos en una dimensión desconocida al ingresar en su paradisíaca área.
Existen algunos remansos hechos por la mano del hombre, denominados tanques, que han perfilado unas caletillas o playas de arena suave bordeadas por altos y frondosos álamos, o chopos, así como eucaliptos, los que cual cascabeles verdes, nos regalaban a los contertulios a cualesquier hora del día su melodioso tintineo, un delicado y tonificante aroma, y una agradable , constante reconfortante y por ende fresca, densa , apacible y enigmática sombra.
Por lo mismo el paraje se convertía en un invernadero natural, templado, su exuberante flora esta compuesta ya de carrizos, girasoles, quelites, sauces, batamotes y zacates; era idónea para disfrutar ese agradable e inesperado clima, aun en el mes más caluroso de los estíos.
En un entorno como este, no es difícil creer, entonces, sobrios como estábamos, como los antiguos y grandes poetas, en la posibilidad de la existencia real de Ninfas, Faunos , Gnomos, Xanas . Se rebela casi alucinado el hechizo natural imbíbito a las fuentes, lagos, playas y ríos, que no dejan de seducirnos si extáticos los avistamos.
Por ello bien vale la pena recordar la leyenda de la Cascada de Basaciachi del Río Cándameña o Agua Caliente, referida tambien en un artículo de Wikipedia, ya que nace en el Estado de Chihuahua, y es justamente la fuente u origen de nuestro, corto de sólo 400 kilómetros de longitud , pero fecundo y parsimonioso Río Mayo , mismo que con sus aluviones y sedimento dio vida a nuestro –Areponapuchi-, el feraz valle del Río Mayo.
Ocurrió que en tiempos inmemoriales, cuando el mundo estaba aún tiernito, antes de que los conquistadores españoles llegaran a esta tierra de promisión .El rey Candameña era el amo y señor de la alta sierra Rarámuri (Tarahumara en castilla).
Tenía por hija una gentil princesa llamada Basaciachi, era, una joven dotada de una extraordinaria belleza y gracia. Por ello muchos yoremes aspiraban a su mano, por lo que su celoso rey Padre les impuso a los pretendientes para merecerla, una serie de difíciles pruebas para acreditar su sabiduría y valor. Como los trabajos de Hércules y Jasón en la antigua Grecia.
Pero tan sólo cuatro guerreros superaron los retos. Tonachi, señor de las cimas y las montañas; Panachi del más allá u otro lado de las barrancas o mundo; Areponapuchi, el de los verdes y fecundos valles; y Coruchi, el de las filigranas de la cara del viento. Pero en la última prueba que les impuso el señor de Candameña, todos los pretendientes murieron.
Fue entonces que la dulce y joven princesa Basaseáchi, desconsolada , se precipitó al abismo, por lo que se trasformó en la Cascada, debido a la influencia de la poderosa magia del gran Chamán del lugar.
Desde entonces su cuerpo no ha dejado de fluir por las profundidades de la barranca y el magnifico río. Nunca más se supo del Rey Candameña, pues la tristeza lo invadió y desapareció, aunque muchos creen que su espíritu vaga por la barranca y el río, buscando el cuerpo de su amada hija, la inolvidable princesa Basaseáchi.
De chamacos en vacaciones y fines de semana , después de medio día, hombres y mujeres, familiares y amigos, solíamos pasar dentro del agua , horas enteras y largas, jugando o nadando, o en su orilla conversando, y degustando su propia agua fresca y las frutas de la estación ; tales como ciruelas yoyomas, duraznos, y guamúchiles, guayabas, y mangos; son las primicias más acabadas del admirado, claro, fecundo, y parsimonioso Río Mayo.
A pues que caray, a mis seis décadas de existir, como me acuerdo de la Oración de Otoño en Primavera del enorme poeta nicaragüense Rubén Darío que nos canta:
Juventud divino tesoro, ¡ya te vas para no volver ¡ Cuando quiero llorar no lloro …Y a veces lloro sin querer…
No hay comentarios:
Publicar un comentario