lunes, 13 de noviembre de 2017

Andrés Manuel y el dialogo de Marco Tulio Cicerón sobre la vejez.



Lic. Francisco Javier Aragón Salcido. 

¿AMLO al 100  ? . Comentario a un artículo de Federico Arreola relativo a  las manifestaciones que sobre su estado de  salud ha hecho López obrador;  resulta que el director de SDP Noticias, me hizo recordar el  interesante dialogo del jurista,  político y filosofo romano , de Senectute, el cual contiene una conversación entre Catón El viejo y Escipión justamente sobre la vejez , mismo que aquí gloso y parafraseo .

-Federico Arreola:  ¿AMLO al 100? . Pregunto lo anterior porque así es como se siente Andrés Manuel, según lo dijo en sus redes sociales: “Cumplo 64 y estoy al 100 con el favor de Dios, del pueblo, la naturaleza y la ciencia”.

-El problema de alardear de salud juvenil después de los 60 es el refrán aquel de “dime de qué presumes y te diré de qué careces”.

-Lo dijo Jules Renard: “La vejez existe cuando se empieza a decir: nunca me he sentido tan joven”, esto es, cuando se lanzan mensajes triunfalistas de “cumplo 64 y estoy al 100”.

-“Honestamente hablando, con excesivo optimismo podría decir que ( tengo 62 años , pero)  estoy al 50… Sería una falsedad afirmar otra cosa. Conste, no estoy sugiriendo que AMLO sea incapaz de gobernar a los 64 años. Todo lo contrario, sería muy buen presidente, pero ¿está al 100?  Obviamente, no.

-( AMLO) . Sufrió un infarto, vive en el estrés, el deporte que práctica, el beisbol, no es precisamente el mejor ejercicio para mantenerse en forma, seguramente va con demasiada frecuencia al baño (la pinche próstata así nos trae a todos los de mi generación y más viejos).

Pero volviendo al dialogo ciceroniano. Es muy clara la posición que tiene Marco Tulio Cicerón sobre la vejez, este dialogo lo escribió en   uno de los mejores momentos intelectuales de la vida.  

En la actualidad se dice que los políticos muy longevos porque  toman la vitamina Poder.
En los reinados y en  las monarquías hereditarias , o bien en  la iniciativa privada , prevalecen los intereses dinásticos, o sea quien será el delfín o junior, que mejor continuara  con la perpetuación del poderío o riqueza de la estirpe, empero y en las repúblicas no es del todo así, de tal manera que un presidente , no obstante su corta edad , puede ser  joven aún cuando deja el cargo , tomemos por caso , podría tener menos de sesenta años, no obstante es evidente que los ricos y poderosos, suelen padecer  una fiebre de senectud y nostalgia , en razón de que inexorablemente termina el periodo de su mandato y vida útil , y, se le termina su inmenso poderío e influencia , es siempre doloroso no ser el actor principal en la escena  .  
Debemos recordar que en el  año 44 a. C., sólo faltaban pocos  meses para que el gran orador Marco Tulio Cicerón fuera asesinado por los esbirros de Pompeyo  .
Probablemente, al saber que su oposición al gobierno de la república le traería  serios problemas, Marco Tulio Cicerón comenzó a escribir  obras de alto contenido filosófico, como  es este dialogo de Senectute ,  así como el de la Amistad, y,  desde luego las Discusiones Tusculanas,  que incluyen los temas;   sobre la Muerte, la enfermedad, las cavilaciones, las enfermedades del alma y la virtud, pues ¿qué más filosófico que hablar sobre estos peliagudos  asuntos , a los que todo el mundo les rehúye como si de una fatal maldición se tratara    ?. 
En el dialogo en comentario, Catón lo inicia  diciendo que es siempre típico que el más joven quiere alcanzar la adultez, pero cuando llega quiere deshacerse de ella cuanto antes. 

No ocurre así con el poder en las repúblicas, pues un presidente o primer ministro saliente, observa con nostalgia el término de su sexenio  o decenio  , ya que se va  a su casa a escribir sus memorias , de embajador o a la cárcel  .

En consecuencia no se debe  considerar   la vejez como si fuera algo malo en sí mismo, que nos fuera a pasar. Los dictadores  como fue Dionisio el viejo tirano de Siracusa, según cuenta Cicerón en las Tusculanas , son bien especiales, difícilmente renuncian al mando, incluso  cuando son desterrados , siguen soñando , en el exilio,  con el regreso al poder , o bien se desempeñan como instructores de modestos regimientos , es que no saben otra cosa que hacer, más que  a toda costa mandar .

Sin embargo, lo importante es siempre pasar por este mundo realizando buenas acciones porque de lo contrario, ¿qué se recordará de nosotros cuando seamos viejos o hayamos muerto ? . De la ahí la sentencia evangélica ;  por sus frutos los conoceréis. ¿Quien recuerda bien a los hijos de Gustavo Díaz Ordaz, Luis Echeverría o José López Portillo?. Nadie que  sepamos .

Siempre es necesario que dejemos alguna obra nuestra que sea buena para todos y para nosotros.  Es diferente lo que ocurre con los hijos  del general Lázaro Cárdenas, de Miguel Alemán, y Miguel de la Madrid.

Cosas que la vejez agrava (según la opinión general).
Los negocios o empresas .

La primera cosa que dicen que la vejez agrava son los negocios, sin embargo, cuando se es más viejo se es más sabio y por lo tanto, los negocios serían mejores. Los hombres mayores que han sido  recatados logran educar  buenos descendientes y mejores equipos de trabajo que les garantizar ejecutar su designios y proyectos, incluso   aún después de muertos  .

Por ese motivo , en Roma, solo los ancianos podían  ser senadores.

La fuerza de juventud. No se debe sentir mal por perder las fuerzas de la juventud, puesto que la vejez ha otorgado de fuerza suficiente a los ancianos para mantener sus negocios públicos y privados  y sus vidas.

El mismo Catón, que a ese tiempo tenía 81 años, no extraña aquella fuerza que tenía antes, pues ahora solo quiere descansar.

Además, si cuando joven se ejercitó y se cuidó la salud, el temor de enfermarse en la vejez será nulo; de lo contrario, vendrán todos los achaques. Y, lo peor son las cavilaciones, o  sea los pensamientos negativos que se partan de la recta razón. 

Carencia de placer. Pero ¿qué mejor que alejarse de los placeres que nos llevan a la perdición? cuando se es joven , los ímpetus nos traicionan y luego caemos en la enfermedad de la naturaleza.
Cuando se es viejo ya sólo se querrá la virtud en vez de los placeres, lo que es mucho mejor que tener el deseo desenfrenado del placer que sucede en la juventud.

La cercanía con la muerte. Es cierto que mientras más viejos somos, más cerca de la muerte estamos. Y la muerte no es otra cosa que una puerta hacia la eternidad.
Sin embargo, no debemos olvidar que la muerte no sólo está en la vejez, sino que también en la juventud. Hay tantos muertos en vida a virtud de sus excesos y latrocinios.
En efecto, los jóvenes por su temeridad se enfrentan en la guerra a los enemigos y mueren por lo mismo; por otro lado, también se muere por enfermedades y estas no discriminan edad.

Por lo tanto, ¿para qué temer tanto? la muerte está siempre presente en nuestra vida. 

Si como dijo Sócrates, todo termina con la muerte, para que preocuparse;   pero si  creemos que reencarnamos, hay que averiguar la razón de esta metempsicosis;   o bien si como los cristianos  creemos que  resucitaremos después del gran juicio final,  deberemos entonces escoger el camino de la justicia , el bien ,la belleza y la verdad, para preservar la pureza de nuestras almas que tarde o  temprano partirán para el mas allá, y habitaran el purgatorio, el cielo o el mismísimo  infierno.  

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