miércoles, 1 de noviembre de 2017

Meade; Margarita, Andrés Manuel : México requiere un(a) estadista.


Don quijote cabalga de nuevo.

¿Estarán vosotros a la altura de las circunstancias ? .  No teman competir por la presidencia  de la república y ganar o perder en buena lid en 2018, Dios nuestro Señor esta con vosotros .  Para la definición de Estadista, cito in extenso un artículo colectivo que aparece en  Wikipedia , la enciclopedia libre de internet ,  que es de dominio público, y  que aquí gloso y parafraseo.

Se trataría de un hombre o mujer de Estado , que se distingue entre todos los responsables políticos de un país, ya  sea de aquellos que dirigen el Gobierno y  controlan en forma significativa al Poder Ejecutivo o al Poder Legislativo. Un estadista no abriga  , odios, rencores, venganzas, envidias,

El término estadista  también puede designar a personalidades políticas, aunque no se encarguen directamente de alguna función del Estado, pero reputados como con capacidad suficiente en caso de acceder al poder,  y  suficientes meritos  e influencias políticas ,  ya sean presidentes o líderes de partidos políticos que se encuentran en la oposición.

Este calificativo engloba o comprende asimismo a las personas que están por encima de las divisiones partidarias y de los sectores y organizaciones de la Sociedad Civil , en inquieta y creativa búsqueda del bien común y asumiendo plenamente sus propias responsabilidades. Sin duda solo, los políticos que tienen talla de hombre de Estado, conocen por cierto esta ambivalencia.
Digresión histórica.  Su visión sobre la  figura del estadista  según pensadores clásicos, como Sócrates , Platón y Aristóteles, es  muy crítica en relación a los hombres de Estado , de Gobierno y los políticos en general .

El   pensador griego Platón , refiriéndose al  sofista Gorgias, compara a los hombres de Estado de su época con malos cocineros. La crítica de Platón sobre este asunto reposa sobre la idea que esos hombres de Estado tan gallitos y orgullosos han sido incapaces de enseñar los propios valores políticos de las funciones que cumplen y en consecuencia, ellos mismos no ilustran dichos valores.

Platón hacia  el fin del diálogo Menón, no se excluye que puedan aparecer algún día hombres de Estado verdaderamente valiosos, que sean capaces de comunicar su ciencia, en vista que dicha ciencia de la política realmente existe. Según Platón el arte de gobernar  conjuga las tectónicas del tejedor, el cardador y el timonel.
Por su parte  Aristóteles,  observa que si el primer deber de un hombre de Estado es el de conocer la constitución y de aplicarla. También es necesario decir que, con frecuencia, los escritores políticos  ,  intelectuales,  dramaturgos, periodistas y retóricos  , dando pruebas de un gran talento, se han equivocado al interpretar las cuestiones capitales; no es suficiente con imaginar un gobierno perfecto e ideal, pues lo que se necesita sobre todo es un gobierno practicable, que impulse medidas de sencilla y segura implementación. 
Un pensador  contemporáneo,  Richard Ruderman sostiene que en los países democráticos modernos, la propia idea de que aún puedan existir estadistas en todo el sentido de este término, es de por sí una idea cuestionable, estamos influidos por un rotundo escepticismo.
Según el texto en cometario, en 1927, José Ortega y Gasset escribió un ensayo : "Mirabeau o el político". Allí el filosofo español  clasifica a los gobernantes en , 1, estadistas, 2, escrupulosos y 3, pusilánimes; el "hombre de Estado" debe tener lo que Ortega y Gasset llama "virtudes magnánimas" y carecer de las "pusilánimes".  No se confunda esta definición con ser un CORRUPTO.
En este caso Mirabeau es tomado como arquetipo del político, aunque Ortega advierte que un arquetipo ("lo que es") no debe ser confundido con un ideal (lo que debe ser). Esto es así porque la confusión entre arquetipo e ideal llevaría a pensar que el político, además de buen estadista, debe ser virtuoso, lo cual según Ortega constituye un equívoco.
Tampoco deben confundirse un político y un intelectual: el político "se ocupa", el intelectual "se preocupa". Se viene al mundo a hacer política o a elaborar definiciones, pero no ambas cosas, porque la política es clara en lo que hace y lo que consigue, pero contradictoria en su definición. Las decisiones políticas a unos les benefician, y a otros les perjudica en sus intereses personales o de grupo.
Sigue diciendo Ortega  y Gasset: La definición es la idea clara, estricta, sin contradicciones; pero los actos que inspira son confusos, imposibles, contradictorios. La política, en cambio, es clara en lo que hace, en lo que logra, y es contradictoria cuando se la define. De ahí las ideologías, derecha, centro e izquierda.
Según Ortega y Gasset , normalmente ocurre al estadista ser incomprendido, porque se ocupa con las cuestiones de largo plazo y toma decisiones impopulares a corto plazo, en tanto que la mayoría de los políticos se preocupan de los resultados inmediatos de sus acciones. El individuo con una misión creadora, el magnánimo, es radicalmente distinto del individuo sin misión creadora, el pusilánime.
Virtudes convencionales como la honradez, la veracidad, los escrúpulos, no son típicas del político, que suele ser propenso a ciertos vicios como la desfachatez, la hipocresía o la venalidad.
Por lo tanto, no se debe medir al gran hombre político por la escala de las virtudes usuales, porque la grandeza viene, inevitablemente, acompañada de su propias  miserias . Esto solo es superado por el estadista. Un estadista es atemperado, ecuánime , audaz, pero no corrupto.  

 

Cabe no desear la existencia de grandes hombres, y preferir una Humanidad llana como la palma de la mano; pero si se quieren grandes hombres, no se les pidan virtudes cotidianas. Un estadista entrega su vida y obra por la Patria, Nación o Estado. El mismo, su familia ,   amigos, e intereses económicos , siempre deberán estar en segundo término.  Que no les tiemble el pulso con nada y por  nadie. Así los hicieron Hidalgo, Morelos, Doña Josefa, Guerrero, Victoria, Juarez,  Madero, Carranza, Villa, Zapata, Obregon, Calles, Cárdenas.  

 

 

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