Lic. Francisco Javier Aragón Salcido.
Mi educación primaria la cursé en escuelas públicas , 1958-1964 , fue típica, tradicional a la clase media de mi pueblo, Huatabampo, Sonora; donde los dogmas católicos familiares, y los deportes campestres, forjaron un carácter apasionado y recio; el cual, sólo sería sublimado por la búsqueda y encuentro del conocimiento y la cultura; en Hermosillo, tras la mudanza, al estudiar la secundaria , la cosa casi ni cambió, corrían 1964 a 1967, los recatados profesores y profesoras nos impartieron una ciencia simplemente light.
Esa también fue una época de sustituciones; el barrio por la colonia; los parientes y vecinos, por los amigos y condiscípulos; la lectura de obras críticas, en lugar de temas dogmático-religiosos. Igualmente hubo pérdidas, se tenía que sustituir el mundo bucólico, aldeano del suelo natal, por el de una sociedad abierta y funcional. Las calles de Hermosillo, eran rutas abiertas al más allá de la imaginación creadora.
En Hermosillo, hubo pues que modificar costumbres, frases heredadas, y palabras, aprender una nueva dicción, y sintaxis, elaborar nuevas preocupaciones y sueños, pero sobre todo el cambio de la idiosincrasia del indio Mayo por la del aculturado Yoreme Opata. Nunca se pudo asumir la sub cultura del vaquero y las polkas y su estentóreo y arrítmico Taca-Taca .
Sin embargo en la escuela Preparatoria de 1967 a 1969 en la Universidad de Sonora, todo cambió, fue algo cardinal en mi formación intelectual; luego le siguió la facultad de Leyes 1969-1974, pero esta etapa académica fue como algo de rutina, instrumental, muy poco me impactó, pues intuía que solo me serviría para trabajar y vivir en la justa medianía y, poco después de titularme, me fui a la hamburguesada UNAM en la Ciudad de México, a fin de cursar la Maestría en Derecho Social y Económico, buscaba refinarme en el más alto nivel intelectual , en el mero rincón de las telarañas .
En mi caso la Preparatoria ciertamente me traumó, era un sencillo de esos miles de alumnos clase medieros provincianos, trepadores, católico devoto, conservador, por ello los jóvenes cultos de Hermosillo, a los del Sur , Yaquis y Mayos , nos decían Indios , a los de la Sierra les nombraban como Cheros, y a los de la Frontera , simplemente los motejaban de Chucos ( en alusión al pachuco Tin-Tan).
En aquellos tiempos, sustituimos la doble moral cristiana, por la ética social demócrata. No fue algo fácil. En la Universidad de Sonora nos indigestamos con un marxismo tardío, no había una tradición de izquierda , los que más o menos la tenían una idea del socialismo eran los estudiantes provenientes de; Cananea, Empalme y , el Valle del Yaqui.
En esa virtud muchos leímos por mero snob a; Hegel, Marx, Engels, Lenin, Trotsky, Kausky, Bakunin, Kropotkin, Plejanov, Rosa Luxemburgo, Antonio Gramsci, Martha Harneker, a Fidel Castro y el Che Guevara y su teoría del foco guerrillero , Ho Shi Min, a Mao Tse Tung, a los revisionistas, la teoría critica de la sociedad, a los estructuralistas, a Herbert Marcuse y la Sociedad Unidimensional, a los cristianos por el socialismo italianos , la teología de la revolución de los Jesuitas , el eurocomunismo, y la tercera vía chilena.
Todos los maestros y, estudiantes teóricos , pescados, trotskistas, punto críticos , maoístas, coincidían, después de 1968, el régimen de la revolución , según escribió Adolfo Gilly , después del gobierno de Lázaro Cárdenas, 1934-1940, se había interrumpido, había surgido al decir del nobel Octavio Paz, el Ogro Filantrópico, o sea la dictadura perfecta a que aludió el nobel peruano Mario Vargas Llosa.
En este universo, las imaginación fácilmente se imponía a la realidad; por tanto los viajes eran un reto, pues conducían al escrutinio de actitudes, costumbres, rostros, múltiples y variados, eran fascinantes novedades que se imponían a ese tierno espíritu ávido e inquieto. Algo de esta aptitud, vamos perdiendo con el correr de los años, y más con las teorías de las conspiraciones, leyendas urbanas y las canciones de moda que ya no nos evocan casi nada. Era un himno la rola del nobel 2016, Bob Dylan, Blowin in the wind.
Los maestros del Bachillerato en su mayoría eran Masones, y se reían de nuestro acendrado confesionalismo , mocho . Me impactaron las materias de; Física, Química Orgánica, Anatomía, Psicología, Ética, Lógica, Sociología, Literatura e Historia Universal. Fue cuando comencé a leer con disciplina y método.
Un libro que me fascinó fue “ La Educación como Practica de la Libertad” de Pablo Freyre. Y no solo de esta , agregaría la POLÍTICA, LA ÉTICA, LA CULTURA , EL AMOR Y EL RESPETO A LOS DEMÁS.
Me impactó mayormente la Cosmografía, era la descripción y el mapa del universo, el infinito. Supe de la velocidad de la luz, y de la tierra, su diámetro y circunferencia , la distancia al Sol, a la Luna, de la teoría de la Relatividad de Albert Einstein, que nuestro sistema solar, forma parte de la Vía láctea, y que existen millones de galaxias, estrellas, planetas, satélites y soles; que la estrella fugaz que vemos en el cielo oscuro , hace miles de años luz que se extinguió.
Así , pretendiendo olvidar el principio de la conmiseración imbíbita a la doctrina cristiana , para sustituirlo por el de la reciprocidad demócrata y republicana , pregonando con ello nuestro ascenso e ingreso a la educación superior y sus escolásticas e interminables diatribas positivistas, nos repetíamos con Salvador Díaz Mirón su dogmático , machista y, vibrante poema A Gloria:
No intentes convencerme de torpeza con los delirios de tu mente loca: ¡mi razón es al par luz y firmeza, firmeza y luz como el cristal de roca! Semejante al nocturno peregrino, mi esperanza inmortal no mira el suelo: no viendo más que sombra en el camino sólo contempla el esplendor del cielo. ¡Confórmate, mujer! Hemos venido a este valle de lágrimas que abate, tú, como la paloma, para el nido, y yo, como león para el combate.
En tal virtud diré críticamente con respecto a la educación y el estudio que el sabio griego Platón, citado por Marco Tulio Cicerón en las Discusiones Tusculanas, Libro Primero sostiene :
Que el Alma es Inmortal. Por ello goza ante todo de la memoria, misma que el Filósofo juzga es la reminiscencia de una vida anterior. No aprendemos, cuando estudiamos , simplemente recordamos lo que vivimos en vidas pasadas , decía.
Quizás el vate español Antonio Machado por eso mismo tuvo mucho tino y razón al escribir su gran poema:
Anoche cuando dormía soñé, ¡ bendita ilusión ¡ que una fontana fluía dentro de mi corazón. Di , ¿ Porque acequia escondida , agua , agua vienes hasta mí, manantial de nueva vida en donde nunca bebí?. … Anoche cuando dormía soñé ¡bendita ilusión ¡,que era Dios lo que tenía dentro de mi corazón.
Tuve que leer , y bien a San Agustín de Hipona , en su obra cumbre, por cierto , de inspiración platónica, La Ciudad de Dios, y, luego vendría la Suma Teológica de Santo Tomas de Aquino, obra influenciada por el sabio Aristóteles.
La etapa universitaria, fue un encuentro grato con la cultura, el debate abierto y plural de las ideas. La Universidad de Sonora represento una gran oportunidad, para lograr el aprendizaje de la tolerancia con el punto de vista diferente.
Licenciado en Derecho, con estudios de Maestría en Derecho Social, e Internacional Privado y Comparado; después vendría la práctica del litigio, luego unos 10 años, me dediqué al servicio público en Infonavit; además a la academia impartiendo clases a nivel universidad; participé brevemente en la política y, como bien sostiene Dale Carnegie, en su Libro Como Ganar Amigos, pues todo mundo lo hace, me aventuré también en los negocios.
En el periodismo, incursione desde el año de 1967, escribiendo en varias revistas y periódicos de Hermosillo. Así; Primera Plana; El Ciudadano; El Sonorense; El Nacional; Visor Político; El Financiero; y con colaboraciones en la Sección cartas de los Lectores del único diario independiente de Sonora, El Imparcial, y ahora en Dossier Político.
En efecto, y muy aparte de nuestro hallazgo de las teorías del Dr. Carl Gustav Jung de los ARQUETIPOS ; todos sabemos que existen influencias, funciones, misiones, premoniciones, relaciones, vivencias que escapan a la lógica dialéctica o formal de la propia existencia. No obstante lo anterior, pensamos que si no fuera precisamente por esas búsquedas, evocaciones, fantasías, ilusiones, premoniciones, sueños lúcidos, viaje astrales, la vida sería de lo más monótona y rutinaria.
En 1969 llegó a mis manos el libro de Edouard Schure – Los Grandes Iniciados . Por este autor supe un poco de las vidas de ; Rama, Krisna, Hermes, Moisés, Orfeo, Pitágoras, Platón, Cristo, Buda ,Zoroastro, .- El cual refiere en su Introducción que, ese libro ha salido, todo entero, de una sed ardiente por la verdad superior, total, eterna, sin la que las verdades parciales no son más que una ficción.
La Religión y la Ciencia, estos guardianes supremos de la civilización, han perdido una y otra su don supremo, su magia, la de la grande y fuerte educación.
Los templos de
la India y del Egipto han producido los más grandes sabios de la tierra. Los
templos griegos han moldeado héroes y poetas. Los apóstoles de Cristo han sido
mártires sublimes y han hecho brotar otros mil. La Iglesia de la Edad Media, a
pesar de su teología primaria, ha hecho santos y caballeros porque creía, y por
intervalos el espíritu de Cristo palpitaba en ella. Hoy, ni la Iglesia
aprisionada en su dogma, ni la Ciencia
encerrada en la materia, saben hacer hombres completos.
El Arte de crear y de formar las almas se ha perdido, y no se volverá a encontrar hasta tanto que la Ciencia y la Religión, refundidas en una fuerza viva, se apliquen juntas y de común acuerdo al bien y la salvación de la humanidad.
Para eso, la Ciencia no tiene que cambiar de método, sino extender su dominio; ni el cristianismo de tradición, sino de tratar de entender los orígenes, el espíritu y el alcance. Ese tiempo de regeneración intelectual y de transformación social, llegará, de ello estamos seguros. Ya presagios ciertos lo anuncian. Cuando la Ciencia sepa, la Religión podrá, y el Hombre laborará con una nueva energía.
La fe, ha dicho
un gran doctor, es el valor del espíritu que se lanza adelante, seguro de
encontrar la verdad. Esa fe no es la enemiga de la Razón, sino su antorcha; y
por encima de la batalla confusa, tratemos de penetrar por la meditación y la
Iniciación individuales, en el Templo de las Ideas inmutables,
para armarnos allí con los principios infrangibles.
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