Según un artículo publicado en la
Enciclopedia Libre Wikipedia, estas agrupan
disciplinas que estudian, analizan o discuten los fenómenos sociales relacionados con la comunicación,
así como los medios que se emplean y el conjunto semiótico que construyen, generando sus propios
métodos de estudio y herramientas analíticas.
El objeto de estudio de las ciencias de la
comunicación –los procesos y fenómenos de comunicación-, con frecuencia es
también abordado por otras disciplinas, entre las que es posible mencionar la sociolingüística, la sociología,
la antropología social, la cibernética y la psicología social, entre otras.
Aunque es posible hablar de comunicación masiva desde la invención de la imprenta por Gutenberg,
no fue sino hasta la década de 1920 cuando se llevaron a cabo los primeros
estudios sobre la influencia de la propaganda en el contexto de la Europa de la Segunda Guerra Mundial, con el ascenso de
los regímenes fascistas de Alemania e Italia.
Si bien los clásicos griegos como Aristóteles, Gorgias y Sócrates,
hablaron de la persuasión como un modo para llevar a cabo el
proceso de la comunicación; estos autores se quedaron en el nivel
lógico-semántico de la cuestión y no plantearon el asunto desde el punto de
vista de una sociedad completa.
Aunque la retórica fue elaborada por Aristóteles hace ya
más de 2300 años, se basó en la observación empírica y esto fue el cimiento de
la gran infraestructura de la comunicación. Cabe destacar que, sobre todo, se
enfocaba en el orador. La retórica tuvo mucho menos interés en lo que había más
allá del orador, en los que escuchaban (el público), ni tampoco en la
retroalimentación que en algún momento se podía dar.
En la antigüedad, la retórica tuvo un enorme
prestigio como disciplina, y fue vista como un modelo en el cual una sola
persona podía convencer a todo un público. Sin embargo este enfoque tiene un
interés limitado desde el punto de vista más descriptivo de la ciencia moderna.
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