Don Quijote Cabalga de Nuevo.
Capitulo XLII Paginas 511-517
del Quijote .- Don Miguel de Cervantes Saavedra , fue
un escritor, novelista, poeta y dramaturgo español, 1547-1616 .
Aun y cuando estos paradigmáticos
personajes son producto de la elaboración literaria , don Quijote y Sancho , real
o ficta, de forma clara se trasluce la sabiduría del escritor español expresando lo que todo hombre de
Estado debe tener en cuenta al gobernar, el texto evidentemente
posee una gran impronta de la Moral Judeo por el Antiguo Testamento , Cristiana por los Evangelios y , Romanista
por el sincretismo religioso de la Filosofía
Greco-Latina, que incorporó Saulo de
Tarso y los Doctores de la Iglesia ,
como San Clemente, San Ignacio de Antioquia, San Policarpo, San Ambrosio, San Gregorio Niaciaceno, San Agustín de Hipona y Santo Tomas de Aquino.
Un
gobernante, es como una especie de Apóstol, Guía, o
Profeta , que debe llevar a la practica el Evangelio ,
su menaje Universal de Amaos los unos a los otros, por lo que necesita recordar siempre las palabras que dijo Jesús de Nazaret , Mateo 20:25-28:
“Como
ustedes saben, entre los paganos los jefes gobiernan con tiranía a sus
súbditos, y los grandes hacen sentir su autoridad sobre ellos. Pero entre
ustedes no debe ser así. Al contrario, el que entre ustedes quiera ser grande,
deberá servir a los demás; y el que entre ustedes quiera ser el primero, deberá
ser su esclavo. Porque, del mismo modo, el Hijo del hombre no vino para
que le sirvan, sino para servir y para dar su vida en rescate por una multitud”.
Por su parte el gran Jurista , Político , Filosofo y Cónsul Romano, Marco Tulio Cicerón , 106 a.C., 63, a.C. , nos
lego el siguiente símil o analogía en su obra , La Republica y las Leyes :
La Ley es un Magistrado MUDO, y un Magistrado, es una
Ley que HABLA. De ahí la necesaria pureza de las costumbres en los hombres que
gobiernan.
No obstante también dijo
el Arpinate Marco Tulio Cicerón que :
Hace mas daño a la Republica, un Magistrado incompetente, que un Magistrado
corrupto, porque mientras al corrupto se lo reconoce por su modo ostentoso
y sinvergüenza de vivir, y todo mundo se lo observa, reclama y señala , es fácil
enjuiciarlo ; no obstante al inepto , al
no saber de sus limitaciones y su falta de experiencia , toma pésimas decisiones que son producto de la ignorancia y el prejuicio , por lo que puede hacer aún mas
daño a la Republica.
-Alonso Quijano el caballero andante don Quijote de la mancha a
Sacho Panza .-
“Dispuesto, pues, el corazón a creer lo que te he dicho, está.
¡oh, hijo!, atento a este tu Catón ( se
refiere al ilustre Político , Senador y
Cónsul Latino y Censor , de la Republica Romana Marco Porcio Catón el viejo , 232 a.C. 147 a.C. ) , que quiere
aconsejarte, y ser norte y guía que te encamine y saque a seguro puerto de este
mar proceloso donde vas a engolfarte; que los oficios y grandes cargos (
públicos ) no son otra cosa sino un golfo profundo de confusiones.
Primeramente,
¡oh, hijo!, has de temer a Dios; porque en el temerle está la sabiduría, y
siendo sabio no podrás errar en nada.
Lo
segundo, has de poner los ojos en quien eres, procurando conocerte a ti mismo,
que es el más difícil conocimiento que puede imaginarse ( Reminiscencia al postulado del Oráculo de Delfos)
. Del conocerte saldrá el no hincharte, como la rana que quiso igualarse con el
buey; que si esto haces, vendrá a ser feos pies de la rueda de tu locura la
consideración de haber guardado puercos en tu tierra.
Haz
gala, Sancho, de la humildad de tu LINAJE, y no te desprecies de decir que
vienes de labradores ( o de personas ilustres
) ; porque viendo que no te corres,
ninguno se pondrá a correrte; y préciate más de ser humilde , virtuoso, que
pecador soberbio. Innumerables son aquellos que de baja estirpe nacidos han
subido a la suma dignidad pontificia o imperatoria; y de esta verdad te pudiera
traer tantos ejemplos, que te cansaran.
Mira,
Sancho, si tomas por medio a la virtud y te precias de hacer hechos virtuosos,
no hay para qué tener envidia a los que los tienen príncipes y señores; porque
la sangre se hereda, y la virtud se aquista, y la virtud vale por sí sola lo
que la sangre no vale.
Siendo
esto así, como lo es, que si acaso viniere a verte cuando estés en tu INSULA
BARATARIA alguno de tus parientes, no lo
deseches ni le afrentes, antes lo has de acoger, agasajar y regalar, que con
esto satisfarás al cielo, que gusta que nadie le desprecie de lo que él hizo, y
corresponderás a lo que debes a la naturaleza bien concertada.
Nunca
te guíes por la ley del ENCAJE , que suele tener mucha cabida, con los
ignorantes que presumen de agudos.
Hallen
en ti más compasión las lágrimas del pobre, pero no más justicia que las
informaciones del rico.
Procura
descubrir la verdad por entre las promesas y dádivas del rico como por entre
los sollozos e importunidades del pobre.
Cuando
pudiere y debiere tener lugar la equidad, no cargues todo el rigor de la ley al
delincuente; que no es mejor la fama del juez riguroso que la del compasivo.
Si acaso doblares la vara de la justicia, no sea con el peso de
la dádiva, sino con el de la misericordia.
Cuando
te sucediere juzgar algún pleito de algún enemigo tuyo, aparta las mientes de
su injuria, y ponlas en la verdad del caso.
(No hagas lo que dicen
que dijo don Benito Juárez : A los
amigos justicia y gracia, a los enemigos la ley a secas).
No
te ciegue la pasión propia en la causa ajena; que los yerros que en ella
hicieres, las más de las veces serán sin remedio, y si le tuvieren, será a
costa de tu crédito y aún de tu hacienda.
Si
alguna mujer hermosa viniere a pedirte justicia, quita los ojos de sus lágrimas
y tus oídos de sus gemidos, y considera despacio la sustancia de lo que pide,
si no quieres que se anegue tu razón en su llanto y tu bondad en sus suspiros.
( Se justo como el Rey judío Salomón, que en la disputa entre dos mujeres por la custodia
de un hijo, les ofreció a entrambas la mitad
del niño, y así pudo descubrir a la verdadera
madre, pues eta se opuso a que este
fuera dividido, pero la otra NO dijo
nada, y le descubrió su perjurio ).
Al
que has de castigar con obras, no trates mal con palabras, pues le basta al
desdichado la pena del suplicio, sin la añadidura de las malas razones,
Al
culpado que cayere debajo de tu jurisdicción, considérale hombre miserable,
sujeto a las condiciones de la depravada naturaleza nuestra, y, en todo cuanto
fuere de tu parte, sin hacer agravio a la contraria, muéstrate piadoso y
clemente; porque aunque los tributos de Dios todos son iguales, más resplandece
y campea, a nuestro ver, el de la misericordia que el de la justicia. ( Dice el
Evangelio; se debe
condenar el pecado, y conmiserarse del pecador).
Si
estos preceptos y estas reglas sigues, Sancho, serán luengos tus días, tu fama
será eterna, tus premios colmados, tu felicidad indecible; casarás tus hijos
como quisieres; títulos tendrán ellos y tus nietos; vivirás en paz y
beneplácito de las gentes, y, en los últimos pasos de la vida, te alcanzará el
de la muerte en vejez suave y madura, y cerrarán tus ojos las tiernas y
delicadas manos de tus terceros netezuelos.
Esto que hasta aquí te he dicho son documentos que han de
adornar tu alma”.
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